
Ticketbis, plataforma dedicada a la reventa de entradas por Internet, se ha defendido hoy ante la posibilidad de que Cataluña decida prohibir esta actividad. El CEO y co-fundador de la compañía, Jon Uriarte, asegura que el desarrollo que ha tenido el sector de la compraventa de entradas entre particulares es la muestra más evidente de que "los usuarios quieren y deben poder revender entradas en Internet de forma libre".
De este modo, la compañía responde a las noticias que apuntan a que la Generalitat de Cataluña tramita por vía urgente una norma para prohibir la reventa libre de entradas en Internet, uno de los modelos de negocio de la denominada "nueva economía" o economía colaborativa, un sector que en conjunto movió 2.580 millones de euros en España el pasado 2013, según las estimaciones de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.
De concretarse la prohibición, la Generalitat volvería a actuar como lo hizo con otra de las empresas más conocidas de esta nueva economía, Uber, el servicio de conductores independientes que acabó cerrando en toda España después de que un juzgado madrileño ordenara el cese de sus operaciones.
Sharing España, el colectivo de empresas nacido en 2014 con el fin, entre otros, de analizar el impacto económico y social del consumo colaborativo, afirma que "una limitación como la planteada en el proyecto de ley no se justifica desde una visión del interés general y supone un nuevo paso atrás para el encaje de servicios de la sociedad de la información que son competitivos y son usados regularmente por los usuarios".
Se trata de un fenómeno extendido a nivel global. En EEUU, donde la compra venta de entradas online es una práctica aceptada desde hace mucho más tiempo que en Europa, se estima un crecimiento anual constante del sector superior al 12%.
Según el estudio "Opinión de consumidores sobre la compra y la reventa de entradas en Internet", realizado por la Asociación de Internautas sobre una muestra de consumidores catalanes, el 63,6% piensa que "una vez que he comprado la entrada es mi propiedad y puedo hacer con ella lo que quiera, utilizarla, darla o revenderla".
Además, en relación con la titularidad de la entrada, la mayoría de los usuarios (52,1%) afirma que si decidiera poner a la venta sus localidades debería estar en su derecho poder hacerlo. Del estudio se desprende también que el 71% de los usuarios encuestados está en completo desacuerdo con que se deba pedir autorización al organizador para revender las entradas y el 71,2% en contra de que las autoridades puedan confiscarlas y reclamar el dinero de la venta.
"Es absolutamente comprensible la postura de los usuarios ya que una entrada puede ser revendida solo si ha sido previamente adquirida en el mercado primario, lo que significa que no perjudica a este sector", asegura Uriarte en una nota de prensa remitida a los medios.
El control de la fiscalidad es lo que muchos identifican como el punto débil de la reventa. Sin embargo, desde la compañía se defienden asegurando que precisamente dan transparencia y legalidad a este tipo de intercambios.
"El mercado secundario de entradas es un ejemplo perfecto de mercado secundario natural. La gente siempre ha regalado o revendido entradas que no quería o no podía utilizar. Es un tipo de mercado natural que se autoorganiza y autorregula. Que este proceso tenga además lugar a través de una plataforma online, legalmente establecida, que paga los impuestos referentes a cada transacción y que establezca garantías tanto para vendedores como para compradores, es la mejor manera de reducir el fraude y la inseguridad generada por la reventa callejera", afirma Uriarte.