Telecomunicaciones y tecnología

El ocaso de un dios: las tres claves de la caída del imperio de Windows

Poco antes de que acabara el siglo pasado, Microsoft era un gigante tecnológico tan dominante en una industria clave que el propio Gobierno de EEUU lo llevó a juicio y amenazó con dividirlo en partes. Ahora, apenas 15 años después, el llamado "monopolio de Windows" da mucho menos miedo.

Este cambio radical se puede explicar más claramente en tres claves, tal y como analiza Henry Blodget, fundador del portal Business Insider. Las tendencias del mercado y las nuevas tecnologías han hecho que las previsiones de Microsoft, basadas en un modelo de negocio basado en el ordenador personal.

La llegada de Internet ha supuesto un cambio radical. Microsoft, de la que una vez se especuló con que sería la primera compañía en valer 1 billón de dólares en bolsa, ha perdido ya alrededor de la mitad de capitalización desde los máximos que marcó en pleno boom tecnológico hace tres años. 

El monopolio de Windows, más que haber sido destruido, se ha convertido en irrelevante debido a la explosión de la programación online y los smartphones, tablets y otros gadgets

La caída en desgracia de Windows se puede resumir en tres claves:

1.- Dispositivos. Durante dos décadas, hasta 2005, el ordenador personal era prácticamente el único dispositivo existente, vendiendo alrededor de 200 millones de unidades al año. Pero llegaron los smartphones y las tablets, que han superado en tamaño el mercado de PCs

2.- Pérdida de liderazgo. Precisamente eso ha disminuido radicalmente el poder de Windows como sistema operativo. Su peso en el mercado se ha reducido de manera drástica: hace 3 años suponía el 70%, mientras que ahora, con la competencia Android e iOS, apenas supone el 30%. De hecho, el sistema operativo de Google ya es más grande. 

3.- Caída del PC. Aún más, los últimos datos muestran que el mercado de ordenadores personales no solo ha sido superado, sino que empieza a reducirse. El PC ha pasado de ser el centro del mundo de la informática a quedarse reducido a un dispositivo especializado de oficinas.  

A pesar de esta caída del imperio Windows, no todo son malas noticias para Microsoft. La compañía ha conseguido cambiar su modelo de comercialización, que ha pasado de estar basado en la venta de unidades a ser un modelo de licencias según el cual las compañías pagan una tarifa por usuario y año en lugar de comprar una licencia perpetua para cada ordenador.

Además, la franquicia Microsoft Office goza de buena salud, sigue siendo extraordinariamente rentable y mantiene su posición de dominio en el mercado, en parte porque Google, Apple y otras compañías tecnológicas no han invertido demasiado en hacerle la competencia. 

Quince años después de pisar los tribunales, la idea de que la compañía pudo ser alguna vez un monopolio es incluso difícil de entender, concluye Blodget. Y las perspectivas para Windows y el negocio de los ordenadores personales parece que solo pueden empeorar.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky