
La gigante electrónica taiwanesa Foxconn Technology, encargada de la producción del iPhone e iPad de Apple, anunció hoy que subirá en un 30 por ciento los salarios de sus empleados en China, entre los que se han registrado diez suicidios este año. La empresa subirá de inmediato los salarios de 900 yuanes (132 dólares) a 1.200 yuanes (176 dólares) en sus fábricas del sur de China, dijo hoy su portavoz en Taipei.
Esta medida se produce tras el suicidio de diez empleados y el intento de suicidio de otros tres, que desencadenó un fuerte debate sobre las condiciones laborales en la empresa, llevando a su presidente, Terry Gou, a abrir las instalaciones a la prensa. Foxconn se dedica a la fabricación de iPhones e iPads de Apple y emplea en China más 800.000 personas, de las que unas 400.000 trabajan en dos complejos situados en Shezhen.
"Es una situación difícil", dijo Jobs en la conferencia All Things Digital en California el martes. "Estamos tratando de comprender en este momento, antes de entrar y decir que sabemos la solución.
El propietario de Foxconn, por su parte, afirma que el componente en efectivo de los salarios subirá un 30 por ciento con efecto inmediato, superando la cifra inicial del 20 por ciento que Apple había estimado el mes pasado.
Esta cadena de muertes ha provocado que todas las miradas se centren en las condiciones de trabajo en una región que está experimentando un creciente malestar laboral. En sus primeros comentarios públicos sobre el problema Steve Jobs expresó su preocupación por el tema, y afirmó también que el mayor incremento fijado para los salarios de estos trabajadores refleja también el aumento de precios en China. Con esta medida, Jobs espera ganarse el respeto de los trabajadores y aumentar su eficiencia.
"Foxconn no es un taller de explotación"
La ola de suicicios en Foxconn ha provocado que varias compañías tecnológicas investiguen las condiciones laborales del fabricante. "Estamos muy encima de esto, investigamos todo de estas compañías", aseguró Jobs antes de tratar de ofrecer una visión lo menos alarmista posible pero realista al mismo tiempo.
"Foxconn no es un taller de explotación; es una fábrica", quiso dejar claro Jobs desde el primer momento. En todo caso, no ocultó su preocupación: "Pero tienen algunos suicidios e intentos de suicidios, y emplean a 400.000 personas ahí. El porcentaje es menor que en los Estados Unidos pero aún así es un problema".