Tecnología

Así es el bombardero con el que Rusia machaca a los combatientes en Siria

  • Puede transportar 8 toneladas de misiles y bombas
  • Sus tripulantes viajan en asientos con electromasaje
Con sólo seis de estos aparatos, Moscú podría cambiar el balance de fuerzas en Oriente Medio

La intervención rusa en Siria, secreto a voces desde finales de verano y realidad diplomática por fin en las últimas semanas, se está limitando por el momento a ataques sistemáticos a objetivos que, según Rusia, forman parte en su mayoría del Estado Islámico (y que según EEUU son más bien los grupos de rebeldes que luchan contra Bashar al-Assad, presidente de Siria).

La entrada de Moscú como elefante en cacharrería en el país tras cuatro años de guerra civil ha puesto de los nervios a la OTAN, que observa con tensión las operaciones rusas de bombardeo aéreo en las que juega un papel crucial uno de los aviones rusos más mortíferos: el Sukhoi Su-34.

Esta máquina, recién llegada al arsenal ruso y de la que se cuentan hasta la fecha 75 unidades operativas, ha sido diseñada específicamente para realizar ataques sobre tierra. Junto al doble timón de cola característico de muchos de los aparatos de la fabricante rusa, su principal rasgo distintivo externo es que sus dos tripulantes se sientan uno junto al otro en la cabina.

Cómodo y mortal

El Su-34, apodado por la OTAN como Fullback, ha sido diseñado para permanecer durante horas en vuelo, y por ello esa cabina es, además de ancha, amplia: permite incluso a los pilotos levantarse de su asiento -que de todas formas cuenta con sistema de electromasaje- y ponerse de pie detrás del puesto de vuelo para poder estirar las piernas.

Claro que el Fullback no ha sido pensado para ofrecer una placentera experiencia en el aire a sus tripulantes. Es, probablemente, la plataforma táctica de vuelo con mayor potencia de fuego contra objetivos en tierra y mar de la que dispone en estos momentos la fuerza aérea rusa.

Junto con un cañón de 30 mm, el Su-34 cuenta con 12 puntos de anclaje de armamento con capacidad para 8.000 a 12.000 kilos de cohetes, misiles o bombas. Eso incluye prácticamente todo el arsenal aire-aire y aire-tierra del que dispone el ejército ruso, como los misiles (en nomenclatura OTAN) AA-10, AA-11 y AA-12, este último con un alcance de 110 kilómetros.

También puede montar los misiles AS-10, AS-11, AS-17 y AS-20, así como una panoplia de bombas, tanto guiadas (modifican su planeo durante el vuelo para acertar al objetivo) como no guiadas.

Sin ser específicamente un caza de combate aéreo -su principal propósito es atacar objetivos en la superficie-, el Su-34 no es precisamente una paloma cuando está en vuelo, gracias a su radar multipropósito con alcance de 120 kilómetros que le permite detectar a distancia a los aviones enemigos, siguiendo a 10 de ellos a la vez -y disparando contra cuatro simultáneamente-.

Con una velocidad máxima de 1.900 km/h, el Su-34 puede alcanzar los 17.000 metros de altitud y realizar misiones de combate a una distancia de hasta 1.100 kilómetros de su base. A juzgar por estas especificaciones, los seis aparatos que -oficialmente- ha destinado Moscú al teatro de operaciones sirio podrían cambiar en poco tiempo el equilibrio de fuerzas, ayudando a eliminar no sólo la influencia del temido Estado Islámico en el occidente del país, sino favoreciendo además de forma determinante la lucha de Assad por aplastar a los opositores.

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