
Lo han vuelto a hacer. Los hackers han roto la seguridad de un popular servicio de comunicaciones entre smartphones y han accedido, almacenado y posteriormente publicado cientos de miles de autofotos realizadas en su mayoría en la intimidad.
Si en el CelebGate las afectadas fueron principamente usuarias famosas de Apple (todas ellas mujeres), en este nuevo agujero masivo los afectados son mucho menos conocidos y el nexo común es que todos ellos son usuarios del servicio de chat instantáneo Snapchat.
Se da la circunstancia de que este servicio es usado a menudo para compartir contenidos muy privados, ya que su principal característica es que el destinatario sólo puede ver el contenido que se le envía temporalmente, antes de que éste se autodestruya. Una foto así recibida es, teóricamente, imposible de guardar para quien la recibe.
Los contenidos robados suman nada menos que 13 gigas de imágenes fijas y en movimiento cuyos protagonistas, probablemente, ni siquiera sepan que mmomentos de su vida más privada acaba de ser puesta a disposición de millones de personas de todo el mundo.
Snapchat no ha tardado en salir a dar explicaciones, y ha recordado que los contenidos robados pertenecen a aquellos usuarios que utilizaban aplicaciones no oficiales.
"Los servidores de Snapchat no han sido vulnerados y no son "la fuente de esta filtración", señala Snapchat, que culpabiliza además a los Snapchatters: "han sido víctimas por usar aplicaciones de terceros que les permiten enviar y recibir 'snaps', una práctica que nosotros siempre hemos prohibido expresamente en nuestras políticas".
Desde Snapchat han señalado además que su compañía vigila de forma continua las tiendas App Store y Google Play en busca de este tipo de aplicaciones ilegales, y que han tenido éxito en eliminarlas.