Tecnología

Europa ha castigado a sus 'telecos' demasiado tiempo

Es una pena. Europa ha castigado a sus grandes operadores de telecomunicaciones durante demasiado tiempo, provocando un daño atroz en el sector. Vistos los resultados cosechados, ya es hora de cambiar de actitud.

Entre los reguladores europeos y nacionales, las compañías de telefonía continentales han visto como los obstáculos crecían a su paso, con trabas burocráticas disparatadas y una presión fiscal generalmente excesiva.

Los recortes en los precios de interconexión han sido constantes y arbitrarios, igual que los cambios sobre la marcha en las reglas del juego. Ya se sabe que la incertidumbre jurídica espanta a los inversores y disuade el emprendimiento, pero en Europa no han debido percatarse.

Las telecos comprometidas con la renovación de las infraestructuras -las que realmente apuestan por la fibra óptica, el 4G y la compra de frecuencias- se encuentran con autoridades disfrazadas de recaudadores de impuestos o defensores a ultranza de los que viven del cortoplacismo.

Mientras que en Europa se mira con recelo cada movimiento de consolidación de sus jugadores, las compañías estadounidenses y asiáticas han crecido a sus anchas, con facilidades y aliento para expandirse. Por todo lo anterior, las grandes 'telecos' europeas se han visto obligadas a competir en desigualdad de condiciones en un mercado global con sus rivales de otros continentes.

Con semejantes precedentes, la compra de E-Plus por parte de Telefónica venía a ser como la prueba del algodón en asuntos de consolidación. Y el resultado final apunta cierto cambio de tendencia.

Bruselas ha comprendido que el sector europeo necesita un poco de aire para poder crecer. De su actuación se desprende que las fusiones pueden resultar excelentes para acelerar el despliegue de redes, con los beneficios que eso genera para los consumidores y la economía.

Los analistas de HSBC fueron certeros en uno de sus informes sobre la operación: "El ecosistema no puede sostener mayores inversiones sin poner fin a la fragmentación. Por tanto la consolidación es ineludible".

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