
Puede que el "sírvase usted mismo" que han comenzado a aplicar algunas cadenas de comida rápida a los refrescos sea sólo el primer paso en el camino para una reducción de los costes laborales, desde el nivel actual y hasta llevarlos a cero.
Porque unas cuantas compañías de restauración norteamericanas han comenzado a experimentar alternativas a la mano de obra humana.
Una de ellas, Panera Bread, ha anunciado que planea introducir kioskos automatizados, y un servicio de comandas a través del móvil a lo largo de los próximos tres años, según informa CNN Money. Y ha invertido ya 42 millones de dólares en el proyecto.
Otras de las cadenas seducidas por la posibilidad de deshumanizar el servicio serían Chili's, o Applebee's, dos empresas que colocarán tablets en todas las mesas.
Para cualquier cosa que necesiten, desde pedir a pagar, los clientes tendrán que utilizar las tabletas. Se evita así la necesidad de que el personal atienda al público, y se le deja centrarse en preparar la comida.
Más sueldo, robots más baratos
La demanda de mejores condiciones laborales por parte de los trabajadores de las cadenas más conocidas (algunos de los cuales tienen que complementar sus sueldos con subsidios públicos para poder sobrevivir), ha saltado esta semana a las primeras páginas de los diarios estadounidenses.
El miércoles la policía detuvo a más de 100 de los cerca de 2.000 empleados que participaban en una protesta ante la sede central de McDonald's. Los concentrados pedían un sueldo mínimo de 15 dólares la hora, y que la empresa les reconozca el derecho a formar un sindicato.
La paradoja, según algunos expertos, es que subir los salarios en el sector haría aún más grandes las economías derivadas de automatizar el servicio: cuanto más ganen los trabajadores, mayor puede ser el ahorro.
De esa forma, explican, una subida de sueldos serviría como catalizador para los procesos de automatización y robotización.