Tecnología

Los nuevos pulsómetros 'inteligentes', en el punto de mira por errores de medición

  • Algunas de las pulseras en el mercado fallan estrepitosamente
  • Los márgenes de error fluctúan desde el 3% hasta el 60%
No es una corazonada: no conviene fiarse de lo que diga un Carbon Steel

La nueva generación de wearables, dispositivos inteligentes que se conectan al teléfono e internet, ha encontrado en los aparatos para hacer deporte, como los pulsómetros, campo abonado para expandir el negocio de las grandes compañías tecnológicas. El problema es que algunos de ellos podrían estar midiendo mal el ritmo al que late el corazón.

Así lo resalta un pequeño estudio realizado por la web especializada c|net, en el que se han puesto a prueba cinco de estas modernas pulseras, encontrando en ellas errores que van desde un modesto 3% hasta un increíble 60%.

Estos dispositivos, excluidos de la estricta normativa de metrología a la que sí están sujetos los aparatos para uso médico en Estados Unidos, utilizan sensores ópticos que sólo parecen funcionar bien cuando el sujeto está practicamente quieto. Justo lo contrario de lo que ocurre durante una actividad deportiva.

La comparativa examina los siguientes dispositivos: Samsung Gear Fit, Garmin VivoFit, Basis Carbon Steel, Withings Pulse O2, además del teléfono Samsung Galaxy S5, que cuenta con un sensor trasero que mide el pulso cuando el usuario posa sobre él su huella dactilar.

Samsung se salva

Utilizando un electrocardiógrafo médico como patrón, se realizaron dos mediciones: una en reposo, a unas 80-90 pulsaciones por minuto, y otra en movimiento con el corazón de la autora de la comparativa latiendo 160-170 veces cada 60 segundos.

El error del dispositivo de Basis, expresado en términos porcentuales, fue del 10% y de casi el 60% para cada una de las mediciones. Igualmente mejorable fue el resultado del Withings Pulse O2: 5% de error en reposo, y 57% en plena actividad deportiva.

La pulsera inteligente de Garmin demostró un comportamiento inverso: su precisión a 160 pulsaciones era prácticamente total, mientras que a 60 ppm fallaba en un 10% en relación con el electrocardiógrafo profesional.

Respecto a los dispositivos de Samsung, el error en reposo para el Gear Fit fue del 4,3%, mientras que durante el ejercicio simplemente no fue capaz de ofrecer lecturas (probablemente porque sus diseñadores conocen que el margen de error a ese nivel de actividad es lo bastante erróneo como para que las mediciones a mostrar no sean fiables).

El Galaxy S5 emergió sin embargo victorioso de la peculiar competición. Los márgenes de error respectivos para cada una de las tomas de datos fueron del 3% y un minúsculo 0,2%.

La explicación a este resultado es, según el citado medio, que los sensores ópticos montados en estos dispositivos utilizan el flujo sanguíneo en los capilares más superficiales en la piel para realizar las mediciones. Para ello la iluminan mediante un LED, y recogen las variaciones de luz en un sensor adyacente.

Puesto que la huella dactilar está repleta de capilares, las mediciones realizadas allí son mucho más precisa, explican.

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