
A las gafas de Google le siguen saliendo competidores. Si el dispositivo de los de Mountain View, que proyecta imágenes directamente a los ojos y promete servicios como el pago-con-las-gafas, salió al mercado por unos 1.500 dólares, una alternativa casera ofrece un producto similar por poco más de 100.
No se trata de un producto comercial, sino el resultado de unir dos de las pasiones del "hágalo usted mismo" electrónico: el popular mini-ordenador Raspberry Pi, y la impresión 3D.
Cualquiera puede así fabricarse unas "Pi Glass" con sólo seguir una serie de pasos, que se pueden resumir en: primero, comprar unas gafas de proyección por poco más de 100 dólares y destriparlas; segundo, descargarse las piezas que servirán para ensamblar el nuevo dispositivo, autofabricarlas en la impresora 3D y ensamblarlas; y tercero, adosarlo a unas gafas de verdad, enchufarlo a la Raspberry Pi, y presumir de la hazaña.
Como es obvio, las "Pi Glass" no harán mella en las previsiones económicas de Google para este nuevo gadget que promete más facilidad de uso -y más intrusión aún- que el ubicuo teléfono móvil, pero son una muesta más de la fiebre por la tecnología hand-made y low-cost.