Ya está casi todo dicho en torno a Facebook. Sólo falta que la red social anuncie la fecha definitiva de su salida a bolsa, posiblemente a finales de la próxima semana, y comience su ansiada andadura en el Nasdaq. Hasta el momento, la comunidad inversora colecciona tachaduras en la agenda antes las reiteradas correcciones sobre el día del estreno en el parqué y, visto lo visto, nadie se atreve a poner la mano en el fuego.
La fecha más insistente sitúa el toque de campana el próximo 18 de mayo, por lo que en los próximos días debería Facebook a buscar las adhesiones más madrugadoras, de inversores interesados en participar en su oferta pública de venta de acciones (OPV), la mayor de la historia de Silicon Valley.
La aventura más arriesgada de Facebook empezará hoy en Nueva York (en la sede de Morgan Stanley, el banco que liderará la operación), luego irá a Boston, Chicago, San Francisco y así continuará su road show por suelo estadounidense y europeo en busca de dinero con ganas de nuevas aventuras. La colocación pretende captar más de 10.300 millones de euros, el doble de lo inicialmente previsto.
Altas expectativas
Salvo objeciones de ultima hora que pueda proferir el regulador del mercado bursátil (todavía no dispone de la luz verde definitiva), Facebook se situó la semana pasada en el disparadero de salida, con un precio de estreno que oscilará entre los 28 y 35 dólares por acción, lo que arroja una futura valoración bursátil de entre 46.000 y 57.000 millones de euros.
La sombra de la burbuja de Internet hace un flaco favor a una compañía que para muchos observadores sigue vendiendo poco menos que aire. Tampoco ayuda el revés que días atrás propinó a los posibles interesados con una presentación de resultados decepcionante: los beneficios bajaron un 12% en el primer trimestre de 2012 debido a un aumento significativo de sus gastos.
Warren Buffett no acudirá a la OPV de Facebook
