Bate las previsiones con sus resultados gracias a sus nuevos negocios.
La pujanza de Apple lo eclipsa todo estos días, y hace que las demás tecnológicas parezcan antiguas y pasadas de moda a su lado. Pero su rival de toda la vida, Microsoft (ahora tiene muchos más, empezando por Google), demostró ayer que ni mucho menos está muerta. Al contrario, da señales de que tiene cuerda para rato.
La empresa fundada por Bill Gates logró un beneficio de 5.900 millones, 69 centavos por acción, en el segundo trimestre, lo que supone un crecimiento del 30% y superar ampliamente las expectativas del consenso, de 58 centavos. Los ingresos crecieron el 8% hasta 17.400 millones.
Estos buenos resultados se consiguieron a pesar del declive, que parece imparable, de las ventas de Windows, amenazado por los nuevos dispositivos que están ganando terreno al PC (en especial a los netbooks). No obstante, sigue siendo el gran proveedor de beneficios de la empresa, con una aportación de 2.900 millones en el trimestre.
La caída se amortiguó por un crecimiento de las ventas del 12% en el software para empresas.
Las causas de unos resultados tan buenos hay que buscarlas en la unidad de Business, que incluye los programas Office, que aporta 3.600 millones al beneficio. Y sobre todo, en la de juegos, el negocio en el que ha encontrado Microsoft la vía para mantener su crecimiento cuando su mercado tradicional está prácticamente saturado.
Esta unidad logró una mejora del 30% en sus ingresos hasta 1.490 millones, y dejó las pérdidas para entrar en beneficios de 32 millones. La Xbox y ese descubrimiento llamado Kinect, copiado ahora por las consolas rivales, continúa cosechando un gran éxito y se perfila como un negocio mucho más importante para la compañía en los próximos años.
