
El caso de Masmovil Ibercom resulta muy ilustrativo de como la Bolsa puede catapultar a una compañía hacia un crecimiento mucho más potente y acelerado de lo incluso ella hubiera planificado en los escenarios más idílicos.
Tampoco se puede perder de vista la rápida consolidación del sector de telecomunicaciones cuyo mapa empresarial está cambiando a gran velocidad, lo que exige empresas ágiles en sus decisiones y con recursos financieros para actuar.
Ibercom nació en 2007, de la mano de inversores guipuzcoanos, como proveedor de servicios de acceso a internet y data center. En 2006 dio el salto a telefonía móvil (como operador virtual) y en 2007 entro en las comunicaciones fijas de voz con la compra de Tiscali. En 2012, asesorados por Norgestión, dio el salto a Bolsa, al Mercado Alternativo Bursátil (MAB), momento en que su facturación apenas era de 7,37 millones y sus 'ambiciosos' planes de crecimiento aspiraban a lograr 33,5 millones en 2015.
La realidad hoy es muy diferente. Tras su alianza/fusión con Masmovil y las adquisiciones de firmas como Quantum, Xtra Telecom, Embou, Neo, etc, estamos ante el sexto operador nacional y el cuarto si se toman sólo los que tienen oferta integral. En 2014 obtuvo 52,12 millones de ingresos, que en 2017 espera que sumen casi 200 millones y 28 millones el Ebitda.
José Poza, su vicepresidente, explica a elEconomista que si no hubiera acudido al MAB este gran crecimiento no hubiera sido posible, ni que ellos pudieran jugar un papel protagonista en la ordenación del sector a nivel nacional. 'Lo hemos hecho mejor que nuestros planes, hemos estado en el sitio adecuado, en el momento adecuado'. Ahora quieren pasar del MAB al Mercado Continuo.
Masmovil Ibercom mantiene su sede social en San Sebastián, en su capital se mantiene un significativo grupo de inversores vascos (individuales y a través de fondos de pensiones vascos como Itzarri, Geroa, Elkarkidetza), aunque su sede operativa está ya en Madrid.
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