Opinión

La economía emocional, un incentivo laboral cada vez más en auge

Con el objetivo de mejorar la productividad y mantener un adecuado clima laboral, de manera que los empleados competitivos no se sientan descontentos y, como consecuencia, no consideren la posibilidad de cambiar de compañía, muchas empresas utilizan el denominado salario emocional, un beneficio que va más allá de la remuneración mensual de los trabajadores.

El salario emocional se compone de todos los incentivos no económicos, las ventajas no monetarias, que reconocen los logros y la fidelidad de los empleados. Su objetivo evidente es la búsqueda del compromiso laboral a través de la atención directa y personalizada.

Este nuevo concepto surge por la combinación de dos realidades: la imposibilidad, muchas veces, de poder compensar económicamente a los empleados por su especial dedicación o desempeño y el auge indudable de la psicología aplicada en el trabajo, que nos advierte que la motivación humana es más compleja de lo que se asumía tradicionalmente.

La satisfacción del trabajador trasciende la mera compensación económica, ya que requiere del reconocimiento, del cariño o de un adecuado clima de comunicación y de canalización de iniciativas y potencialidades, tanto las del propio individuo como las del equipo en el que se integra.

Los beneficios que componen el salario emocional no deben confundirse con la idea de premio o castigo

Cada vez es más habitual, por ejemplo, que las empresas cuenten con un pequeño gimnasio, salas de relax para la distensión y el descanso en el break de la comida o incluso que disponga de guarderías integradas para que las madres y padres dejen a sus hijos con tranquilidad, ajuste de horarios, así como con pérdida mínima de tiempo y recursos.

Estas innovadoras propuestas eran hasta ahora patrimonio de empresas relacionadas con la creatividad, como agencias publicitarias o grandes compañías informáticas pero, poco a poco, otros sectores productivos las van incorporando entusiásticamente.

¿Cantidad vs. calidad?

Ángel, en su sesión de coaching, cuenta que es dueño de una empresa especializada en el reclutamiento de jóvenes profesionales y que ofrece a sus empleados el servicio de personal trainer, así como clases gratuitas de inglés, francés o alemán.

Otra de las ventajas ofertadas por las empresas, que ya no es tanto un beneficio emocional sino un bien tangible y cuantificable, es la posibilidad del teletrabajo al menos algún día por semana, con el consiguiente ahorro en desplazamientos y disponibilidad.

Los beneficios que componen el salario emocional no deben confundirse con la idea de premio o castigo, sino que lo importante es que se defina claramente su implementación y que los empleados dispongan de la información correcta. Así pues, en ningún momento dicho salario puede ser eliminado por causa de alguna desavenencia con la empresa.

El grado de comunicación constituye un termómetro adecuado del clima laboral y para medirlo se realizan muchas encuestas internas en las que los empleados cuentan, de manera anónima, cómo se sienten en sus trabajos y qué opinan de sus compañeros y jefes.

Generalmente, las organizaciones con mejores resultados en este tipo de mediciones combinan unas retribuciones adecuadas con diversas modalidades de salario emocional que impactan de una forma clara en la motivación de sus trabajadores.

Las consecuencias inmediatas son un incremento de la productividad, un menor riesgo de fuga de talento y una mayor capacidad de atracción de nuevos trabajadores, ya que cada vez un mayor número de ellos valoran de manera definitiva las ventajas extra-salariales.

Cuando hay bienestar personal, la gente trabaja mejor Carmen (35 años) acude a su sesión de coaching y comenta que ha sido nombrada hace poco tiempo coordinadora general de su empresa, una agencia de marketing con 20 años de presencia en el mercado. Será la encargada de identificar las necesidades de salario emocional en tres departamentos distintos, así como de su aplicación efectiva.

Posteriormente, resume de esta manera el diseño de trabajo configurado en las sesiones con el coach: "He ideado un programa de descuentos en gimnasios, una tarjeta de empresa -con cantidades especificadas por categoría- para la realización de compras nacionales e internacionales, paquetes turísticos y un catálogo de productos con precio reducido y la posibilidad de pago fraccionado. Estoy convencida de que esta estrategia multiplicará la fidelización de los empleados"

Juan es otro cliente que acude a su sesión de coaching con el que se desarrolla un plan de acción para la implementación de "mejoras emocionales "dentro de la empresa.

Está entusiasmado con el nuevo proyecto que consiste en comenzar a trabajar, con motivo de las inminentes vacaciones escolares, en la organización de pequeñas jornadas que se llamarán "al trabajo con mamá/papá", en las que los niños pasan el día junto a sus padres, conocen su lugar de trabajo, realizan un recorrido por distintos departamentos de la empresa y, por último, terminan la jornada festejando con una merienda en conjunto, actividad que también les permite socializar con los niños de otros compañeros.

La cultura de la confianza 

Como profesionales del coaching, consideramos que estas ventajas descritas son muy necesarias y ayudan a crear un adecuado clima laboral: si la gente está contenta, trabaja mucho mejor. Una buena motivación es el anticipo de una adecuada salud emocional de los empleados y de un incremento en la productividad.

De esta forma, se va instituyendo una cultura de la confianza caracterizada por que los trabajadores se sienten escuchados y atendidos. El crecimiento de la empresa y del trabajador son dos componentes que se retroalimentan: sin uno no puede existir el otro.

Algunas ventajas del salario emocional:

* Disminuye la rotación del personal

* Niveles bajos de absentismo

* Ganancia en los índices de productividad y competitividad

* Trabajadores comprometidos.

* Consolidación de una cultura laboral fuerte.

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