
Tradición, cultura y calidad son tres de los factores que mejor definen el componente generacional del sector cervecero español, en el que tres de las cuatro grandes empresas que dominan el mercado son españolas, familiares y tienen más de un siglo de historia. Estas firmas han conseguido jugar un papel muy relevante en la vertebración de la sociedad española y ven en la innovación una herramienta fundamental para seguir ampliando su presencia internacional.
Década tras década, el negocio cervecero ha sabido adaptarse a los cambios tecnológicos, económicos y sociales, y a día de hoy presenta algunas singularidades que lo convierten en único. Además de la fuerte penetración de mercado de las empresas familiares nacionales, España es el país europeo en el que se bebe más cerveza sin alcohol, una variedad que representa ya el 15% del consumo, según los últimos datos de la patronal, Cerveceros de España.
El sector cervecero español es el cuarto mayor productor de la UE y un gran generador de empleo. Las estadísticas de Cerveceros revelan que España vendió más de 34,4 millones de hectolitros en 2016 y que el valor de la cerveza en el mercado español supera los 15.500 millones de euros, aproximadamente el 1,4% del PIB.
Este incremento en la producción y en el consumo de cerveza se tradujo en ingresos por valor de 303 millones de euros en 2016 para el Estado central y para las Comunidades Autónomas en forma de impuestos, un nivel nunca antes visto en nuestro país. De hecho, esta cifra recaudatoria supera en un 5,9% a la registrada en 2007 (286 millones), justo antes del estallido de la crisis, según las estadísticas de la Agencia Tributaria.
El impacto económico del sector cervecero en España crece de forma paralela a su apuesta por la sostenibilidad y el medio ambiente. Las grandes empresas han realizado importan- tes inversiones en iniciativas para reducir el consumo de agua y la electricidad, así como el reciclaje y el control de las emisiones.
Las previsiones para el sector cervecero son además muy optimistas, ya que la tendencia alcista del turismo y la senda de la recuperación económica, dos de las principales claves que sirven para acelerar el consumo interno, son factores que hacen prever que estas magnitudes financieras se volverán a superar este año.
El buen comportamiento del mercado español, donde casi el 90 por ciento de la cerveza que se consume se produce dentro de nuestras fronteras, también ha acelerado el proceso de consolidación de la industria. La creciente bonanza de las ventas, la aparición de marcas exitosas e innovadoras y la necesidad de aplicar economías de escala para competir en un mercado cada vez más global ha provocado la transformación del sector.
Una de las grandes revoluciones de la industria, y que va a provocar un aumento exponencial de las operaciones de fusión y adquisición (M&A), es la de la cerveza artesanal, actualmente en su mayoría controlada por empresas locales y familiares. Países como Estados Unidos están registrando un fuerte aumento en su consumo, hasta casi desplazar a las tradicionales, un cambio de tendencia que ya está llegando a España. De hecho, algunas grandes cadenas ya se están preparando para lanzar series cortas de cervezas artesanales de forma industrial.
La oleada de fusiones, integraciones y absorciones de empresas que ha vivido ya el sector, con un marcado perfil estratégico, se ha realizado con un cuidadoso respeto a la tradición, historia y filosofía de las distintas marcas implicadas. Además, ha fortalecido la estructura corporativa de los principales jugadores del mercado de cara también a la tendencia de la industria por hacer más robusta su expansión internacional.
La calidad y el conocimiento del producto más allá de nuestras fronteras ha hecho que la cerveza española cuente con un creciente nivel de reconocimiento en el extranjero que se ha traducido en numerosos y prestigiosos premios. Sólo el año pasado, seis cervezas españolas se situaron entre las diez mejores del mundo en un conocido concurso de cerveza.
Este fuerte respaldo del exterior ha contribuido también decisivamente al aumento exponencial de las exportaciones. Según los últimos datos de la patronal, durante 2016 nuestro país exportó cerca de 2,4 millones de hectolitros de cerveza, lo que supone un incremento aproximado del 200 por ciento respecto a las registradas hace una década, en 2006.
El desarrollo del negocio de las cerveceras españolas es el resultado de décadas de trabajo, generación tras generación, y de un gran esfuerzo del núcleo familiar por convertir pequeñas empresas en referentes del sector a nivel mundial. La innovación en los procesos, el uso adecuado de los cuantiosos datos que acumula la industria tras décadas de actividad y el desarrollo de nuevos productos para cubrir las necesidades de unos consumidores cada vez más exigentes y revolucionarios constituyen las recetas del éxito del sector. Apostemos, por tanto, por la innovación para que la cerveza española siga dando pasos de gigante en la conquista del mercado global.