
Escuelas Conectadas es el nombre del programa con el que el Gobierno se ha comprometido a llevar la banda ancha ultrarrápida de acceso a Internet a más de 16.500 centros escolares públicos y privados entre 2016 y 2017. El programa será financiado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional con 330 millones de euros.
El cambio afectará a 6,5 millones de alumnos de toda España, haciendo especial hincapié en las zonas rurales o aisladas.
El anuncio del programa es un claro síntoma de que las Administraciones ya son conscientes de la importancia de avanzar tecnológicamente en las aulas y empiezan a tomar medidas al respecto. "Invertir en educación es invertir en mejorar a las personas. El presente ya es digital y el futuro lo va a ser mucho más, por eso la prestación de un servicio público de educación requiere de un mayor uso de tecnologías en las aulas". Que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, empleara estas palabras para presentar el programa es una buena noticia para los defensores del futuro tecnológico, porque demuestran que quienes toman las decisiones son conscientes de las nuevas necesidades.
Teniendo en cuenta los datos y el panorama educativo que nos rodea, no tomar medidas al respecto hubiera sido una muestra de irresponsabilidad. Este año, por primera vez, las pruebas PISA se realizarán por ordenador y por primera vez, también, en los exámenes se valorarán las competencias cognitivas que hacen falta para el uso efectivo de la tecnología. La modificación de la macro evaluación de la OCDE es sólo un ejemplo de que los profesionales de la educación empiezan a aceptar que la necesidad de renovarse empieza a ser imprescindible. En el caso de España, la llegada de las TIC a las aulas ha dejado de ser un privilegio para convertirse en una obligación. Ya en 2011, nuestros alumnos estaban a la cola de Europa en lectura digital. Así lo demostraron los datos del primer estudio de la OCDE en lectura digital que consideraba que un 23,1% de nuestros estudiantes carecían de las habilidades necesarias para acceder al total de oportunidades que les brindaba la nueva era digital. Unos resultados que no son de extrañar, si tenemos en cuenta la presencia, aún escasa, de la tecnología en las aulas. Parece totalmente lógico pensar que nuestros alumnos no aprenderán a relacionarse con las TIC, si no les enseñamos. Abrir un perfil de una red profesional, buscar información correctamente, realizar una presentación que potencie la interacción? son muchas las situaciones a las que nuestros estudiantes se tendrán que enfrentar en su vida laboral y para las que el conocimiento digital será clave. Las grandes compañías tecnológicas ya son conscientes de esta carencia cognitiva. De hecho, ya se han escuchado algunas voces por parte de la industria tecnológica señalando que los jóvenes no tienen las competencias digitales que está demandando el mercado laboral. Una realidad para la que hay que tomar medidas, teniendo en cuenta que las cifras de desempleo juvenil en España alcanzan el 55% de nuestros jóvenes.
Quizás el programa Escuelas Conectadas se quede corto para dar solución a esta realidad pero, en todo caso, se trata de un primer paso hacia el futuro. Los últimos estudios señalan que el empleo de aparatos tecnológicos aumenta la motivación y la participación de los alumnos y fomenta su autonomía a la hora de aprender. Los proyectores digitales interactivos son un claro ejemplo de este aspecto, porque como su propio nombre indica, fomentan la interacción entre alumnos y mejoran su conexión visual. Por su parte, los estudiantes aseguran que con el uso de las TIC sienten que aprenden y retienen mejor la información que con una clase tradicional. Quizás, en un futuro no muy lejano, las pizarras verdes sean ya historia porque todo parece indicar que, aunque avanzamos lentamente, estamos en el camino correcto.