Opinión

Unos presupuestos para las urnas

  • El Gobierno se centra en los réditos electorales...
  • ... y se olvida de la reforma de la Administración

Sublimamos los Presupuestos Generales del Estado, pues no son fuente directa de riqueza: que el Estado, la Administración, las autoridades y poderes públicos gasten más no hace más ricas a las economías.

Las autoridades pueden detraernos una parte mayor de nuestro producto sin que se note y se traduzca en un freno del crecimiento. Además, los gastos, impuestos y deuda públicos son excesivos, incluso aunque no contengan irregularidades o corrupción.

Que en porcentaje se vaya a crecer (PIB) el 2% en 2015; que la tasa de desempleo caiga al 22,9%; que el déficit logre el 4,2% del PIB (actualizaciones estadísticas incluidas); que el límite de gasto no financiero (que no es todo el gasto público) sea de 129.060 millones de euros o termine sobrepasándose o que la deuda supere el 100% del PIB en los Presupuestos de 2015, cosa que ya hace si la calculamos reconociendo todas las deudas contraídas por los gobernantes y que debemos atender los ciudadanos, no son sino cálculos dentro de un orden o rigor, bajo elementos supuestos y adornados por la política.

Estos son unos Presupuestos en y para un año electoral. Es lógico que ciertos gastos, como prestaciones por desempleo o intereses de la deuda, caigan. La congelación de gastos en la Casa Real, que no es onerosa, o del sueldo del presidente de Gobierno son gestos sin mayor calado y, a lo mejor, debieran elevarse.

Los guiños a los ministerios, con más gastos incluidas las transferencias; a funcionarios; a partidos políticos; a la inversión pública en las regiones o a las infraestructuras, muy necesarias y con una acertada apuesta por el ferrocarril, indican un Presupuesto centrado en los réditos electorales pero que retrocede en el objetivo de una reforma de la Administración o del papel de los poderes públicos en las actividades económicas diarias.

Después de todo, el gasto público consolidado (cuentas financieras incluidas) suma 440.074 millones, un 4% o 17.000 millones más que en 2014, dando margen para algunas alegrías de cara a las elecciones y facilitadas por cambios estadísticos, por Draghi, por la CE... ¡Y luego pretenderán que sigamos ajustándonos y aceptando más impuestos!

Fernando Méndez Ibisate es profesor de la Universidad Complutense

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