
¿Influyen los gobiernos en los mercados? ¿Marca el poder político el camino por el que deben transitar las grandes corporaciones empresariales? ¿O son los mercados y las multinacionales quienes condicionan las decisiones de los gobiernos? Ciertamente, los gobiernos marcan el devenir de la economía mundial aunque, de igual forma, el poder económico también condiciona la política internacional.
La "Economía Política" puede entenderse actualmente como una ciencia mixta y multidisciplinar que analiza las conexiones entre el poder político y la economía. El citado término, cuyo significado no ha parado de evolucionar a lo largo de la historia, está más vigente que nunca en España y a través del mismo podrían explicarse las claves de la particular crisis que sufre nuestro país.
En España se tergiversa, sectaria e interesadamente, cualquier nexo de unión entre política y economía. De hecho, unos intentan salvar a la política para culpar de todos los males a la economía y otros creen que la política es la responsable de la actual situación económica. ¿Quién ostenta mayor cuota de poder en nuestro país, los dos partidos mayoritarios o el denominado poder económico?
Nuestro sistema de mercado está regulado por los gobiernos. No obstante, los mercados financieros se adelantan a las regulaciones gubernamentales en base a la innovación financiera, que en algunas ocasiones propician las temidas crisis. Sin embargo, un exceso de regulación por parte de los gobiernos conduce al estatalismo, que destruye la libertad económica y la iniciativa privada obstruyendo el crecimiento económico.
Un gobierno por si mismo no puede controlar a una gran corporación multinacional, pero sí que ostenta el poder soberano en su país. ¿Se puede establecer un equilibrio entre el poder económico y el político? En el término medio está la virtud.
Los partidos populistas de ultraizquierda, reforzadísimos en función de los resultados de las pasadas elecciones europeas, demandan más Estado y más gasto público, dos de las causas que han originado la crisis actual en España debido a que el PP-PSOE han convertido lo anterior en despilfarro sin control y corrupción.
Las propuestas económicas de estos partidos extremistas circulan en dirección contraria a la recuperación económica puesto que para reactivar nuestra economía necesitamos, sobre todo, reducir la deuda pública. Además, necesitamos incrementar la competitividad y equilibrar la balanza comercial.
¿Se consumará el pacto PP-PSOE con vistas a las próximas elecciones generales y con el objetivo de conservar el poder y mantener, de esta manera, el bipartidismo corrupto? ¿Pactará el PSOE con los partidos de extrema izquierda, tanto emergentes como tradicionales? Ninguna de estas dos alternativas representa una fórmula política y económica para crear empleo, crecimiento y prosperidad.
España necesita regenerar democráticamente su corrupto sistema político porque volver al blanco y negro sería nefasto para nuestro país. El neocomunismo que representa la ultraizquierda española constituye la muerte de la economía (la miseria para los ciudadanos) y el triunfo de la política (más privilegios para una nueva casta). De nuevo, en el término medio está la virtud. Los extremismos nunca han funcionado en ningún país.