Podemos estar desengañados con la velocidad del sueño europeo; pero, no hay duda: la alternativa es peor.
He observado en conversaciones particulares desánimo en el electorado moderado de los dos grandes partidos. Algunos renunciaban a votar y otros barajaban el voto en blanco, nulo o a un partido minoritario. No es que los españoles seamos diferentes de los demás europeos. En otros países estas elecciones tampoco enamoran. Y parece que los partidos de siempre van a sufrir. Incluso los euroescepticos (una forma de denominar a varios de los que están en contra de la actual UE), que aunque aquí son insignificantes, pueden llegar a ser importantes. España con una abstención prevista cercana al 60 por ciento sería, junto con Alemania, uno de los estados con mayor participación. La pregunta que se hace mucha gente es por qué votar en estas elecciones y este año en particular. Votar significa reforzar la UE; expresar que queremos seguir en el proceso, lento, complicado y, a veces, decepcionante, de construcción de sus instituciones. Porque, a pesar de todo, es la mejor opción.
Durante siglos, desde la Pax Romana, allá por el siglo VII, Europa ha sido devastada por guerras continuas. En el siglo XX fueron aterradoras; guerras civiles europeas, de las que la española fue el preludio, que se convirtieron en mundiales. Desde el inicio de la UE, con el Tratado de Roma de 1957 y antes la creación de la CECA (Comunidad Europea del Carbon y el Acero, 1951), ha habido paz: más de sesenta años. Fue una iniciativa alentada por tres democristianos (Adenauer, Schumann y De Gásperi) y el Humanista Monnet. Un gran bien político, social y económico. Los actuales ciudadanos de la UE en su inmensa mayoría pertenecen a generaciones que no han conocido la guerra en sus territorios. Nunca antes fue así. Podemos estar desengañados con la velocidad del sueño europeo; pero, no hay duda: la alternativa es peor. Pregúntenselo, si no, a los millares de emigrantes que en sus fronteras desean entrar. Y ¿por qué votar mañana? Porque el Parlamento que salga de esas elecciones va a proponer, por primera vez, el candidato a Presidente de la Comisión. Un salto en la democratización de las instituciones europeas. No será sólo un acuerdo de Estados el que imponga está figura institucional, cómo hasta el momento presente. Es verdad que la Comisión no es un Gobierno propiamente dicho. Su poder es limitado y su composición no depende sólo de la voluntad de su Presidente -los Estados miembros proponen a los comisarios según un reparto estipulado- aunque sus directrices obligan. Aún así, es un paso democrático de gigante. Un salto hacia la elección de un Presidente Europeo por sufragio universal dentro de la UE. No votar, o votar de manera dispersa, supone dificultar este proceso. Supone dejar en manos de los Estados el Gobierno de la UE. Nuestro Gobierno europeo.
¿Quiénes son los candidatos? Los dos con posibilidades son Juncker, el Popular, y Schulz, el socialista. No se engañen, no se vota sólo a Cañete o Valenciano. Esta vez es como en las elecciones a las Cortes generales; se elige el candidato de la papeleta provincial, pero se está votando en realidad al candidato a Presidente del Gobierno. Ahora igual. Cañete o Valenciano sólo son los "representantes" en España de Juncker y Schulz. Es más importante ver lo que dicen éstos últimos, que los debates de TVE. Y ya lo sabemos, uno y otro son partidarios de que la UE y, dentro de ella, el BCE haga lo que sea para combatir el desempleo, nuestro gran problema. Lo que sea incluye que el BCE compre bonos soberanos, baje la prima, riegue de liquidez el mercado y anime el crédito para el consumo y las pymes. Medidas que, a corto plazo, pueden ser las más eficaces, además de las reformas estructurales. Medidas que ha aplicado la Reserva Federal americana con excelente resultado: ha bajado el paro sin disparar la inflación.
¿Cuál de los dos tiene más posibilidades de conseguir que el BCE haga eso siendo éste una Institución independiente? No es fácil desde la Comisión influir en el BCE. Draghi su Presidente no depende de ella. Pero quien hasta ahora ha demostrado más capacidad de influencia en el BCE ha sido el Bundesbank, que es una de las voces de Merkel, la "madrina " de Juncker.
Así que para que su voto sea útil para lo que interesa a España, ya sabe por donde deben ir los tiros. Luego están las consideraciones nacionales sobre si estas elecciones son, o no, una prueba de la confianza de cada país en su Gobierno. Es una especulación legítima, pero que no se desprende necesariamente de sus resultados.