Ya se empiezan a alzar algunas voces contra las repercusiones sociales y económicas del hundimiento de las clases medias y del crecimiento de la desigualdad causado por la crisis. No es un fenómeno local, pero España constituye una muestra significativa.
Las democracias occidentales se sustentan sobre una población que consume y paga impuestos. Empobrecidos por la crisis estos ciudadanos dejan de consumir y dedican el mínimo ahorro que generan a amortizar deudas. Su poder adquisitivo se ha visto aplastado por la pinza que suponen las bajadas salariales y las subidas de impuestos y de cotizaciones sociales.
El sistema de protección social ha mostrado su valor al servir las rentas de los jubilados de colchón para sus hijos en paro. Unos hijos que ante las dificultades del presente no tienen tiempo para plantearse ni planificar un futuro que tampoco va a ser fácil. Sería deseable que los dirigentes políticos se tomasen en serio esta cuestión, toda una quimera cuando lo urgente nubla lo importante y no hay voluntad de hablar de asuntos desagradables.
Se trata de abordar claramente que las pensiones van a ser más bajas, cuando ya no son elevadas, y ver qué se puede hacer. Las soluciones que se han dado hasta la fecha son remiendos que no inciden sobre el conjunto del sistema, con lo cual ya hay un error de partida para que los cambios que se han preparado no sean suficientes para asegurar que el sistema de pensiones además de sostenible, lo cual es fundamental, procure también pensiones suficientes para una vejez digna que es el objetivo que se persigue.
No vale con tocar sólo los tramos medios de las pensiones de jubilación, hay que actuar sobre el resto de las prestaciones; procurar los medios para que el ahorro individual pueda complementar la merma de poder adquisitivo a la que lleva un importante crecimiento del número de pensionistas, y conectarlo con incentivos fiscales y lucha contra el fraude y la economía sumergida. Hay otras soluciones que se pueden debatir, lo que no sirve es la política de parches y cargar el esfuerzo sobre unos pocos.
