Opinión

Roosevelt: la vía política que no ha escogido Rajoy

Una situación de emergencia económica nacional y unas elecciones que traen un nuevo Gobierno. Situación en la que encaja ahora mismo España y que, con todas las reservas, podría recordar a la de EEUU en 1933. Tras varios años en crisis, un vuelco electoral y un presidente nuevo con la misión de sacar del hoyo a un país en una crisis profunda.

La historia en EEUU es conocida, y la de España está por conocer. Franklin Delano Roosevelt destacó en sus comienzos por su hiperactividad. Desde marzo a junio de 1933 envió al Congreso un número récord de medidas para intentar aliviar inmediatamente la situación en la que se encontraba el país. "De lo único que tenemos que tener miedo es del miedo mismo?, fue su célebre cita en su discurso de investidura. Llegaba el famoso New Deal, un nuevo contrato con los estadounidenses, como aseguró en su discurso de investidura.

Sus medidas fueron muy variadas. Respecto al sistema financiero introdujo la famosa ley Glass-Steagall, que separó banca comercial y de inversión y que creó el fondo de garantía de depósitos, (que eliminó Clinton y que se ha tratado de recuperar en parte para afrontar la actual crisis financiera). Además, ayudó a los particulares relajando sus condiciones hipotecarias, trató de que subieran los deprimidos precios agrícolas e impulsó la financiación de industria y ferrocarril, estimulando la economía vía Estado (y déficit). Creó o expandió numerosas agencias gubernamentales para reducir un desempleo que afectaba a alrededor del 25% de la población. Impulsó códigos de conducta empresarial y pidió que se subieran los salarios.

Pero también llevó a cabos recortes. Redujo el presupuesto militar un 40%, recortó los salarios de los funcionarios y las pensiones de los veteranos de guerra y sus viudas. También hizo lo propio con los presupuestos en Educación e Investigación. Sin embargo, estos recortes apenas durarían y en 1934 la mayoría habían sido revocados.

La devaluación del dólar, la clave

Con todo, la medida más importante que tomó fue la devaluación del dólar y el abandono efectivo del patrón oro. La Orden Ejecutiva 6012 ordenó la nacionalización de todo el oro en manos privadas (excepto para joyeros, dentistas y otros fines específicos) a un precio de 35 dólares por onza, frente a los 20,67 dólares anteriores. Este ajuste del precio del oro supuso, en la práctica, una devaluación del 40% del dólar que reactivó la economía estadounidense y combatió la deflación que sufría la economía estadounidense.

Esta medida había sido utilizada por otras grandes potencias para salir de la depresión tras el crack del 29, como Australia o Japón, y los países que siguieron aferrados al patrón oro, como Italia y Francia, siguieron deprimidos hasta que permitieron devaluar su moneda en el 36. En este sentido, el economista y ex asesor de la Casa Blanca Gregory Mankiw recuerda que el abandono del patrón oro en 1933 fue la clave para que EEUU saliera definitivamente de la Gran Depresión.

Rajoy: primeros pasos

En contraste, Rajoy ha comenzado relativamente despacio su mandato, con pocas iniciativas, muchas de ellas siguiendo la senda del anterior gobierno (y marcadas por la Unión europea). Tras unas primeras subidas de impuestos para contener el déficit y la Ley de Estabilidad Presupustaria para controlar el gasto, ahora llegan la reforma financiera y la reforma laboral, también durante los primeros 100 días de su mandato.

El programa de austeridad es completamente opuesto a lo planteado en EEUU por Roosevelt, basado en el estímulo y la inflación. España está acometiendo medidas encaminadas a recuperar la competitividad perdida vía deflación interna (en ese sentido va el acuerdo para congelar salarios, la flexibilidad de los ERTEs o los cambios en la negociación colectiva, así como la propuesta de Bruselas de los minijobs).

Por otro lado, la reforma del sistema financiero de España busca el saneamiento y la vuelta al crédito, lejos de los cambios estructurales que introdujo Roosevelt en EEUU con la separación de banca de inversión y comercial. De hecho, es probable que la reforma financiera provoque una salida a la venta de numerosas viviendas, reduciendo los precios (de nuevo, deflación). Bien es cierto que España no ha sufrido los pánicos financieros que asolaron repetidamente en los años 30 y la banca parece estable dentro del sistema del euro.

Sin embargo, Rajoy no tiene en su mano la posibilidad de la devaluación de la divisa que llevó a cabo Roosevelt, después de la cesión de soberanía que supuso la entrada en el euro. En Bruselas no han apostado por el estímulo, la devaluación y la inflación al estilo Roosevelt, aunque en las últimas semanas, una vez que parece claro que la Eurozona vuelve a la recesión, se ha cambiado el tono y se habla de utilizar fondos directamente para generar empleo, algo que recuerda a lo que ocurrió en EEUU en los 30. El economista inglés John Maynard Keynes, inspirador de Roosevelt, apuntó al empleo y la demanda agregada como los factores clave para la recuperación.

En resumen, la hiperactividad de Roosevelt y su programa de reformas profundas parece que no serán la hoja de ruta de Rajoy, que parece más inclinado a arreglar las grietas actuales que a dar una vuelta completa al panorama político-económico español y nos lleve verdaderamente hacia un modelo nuevo. ?Que todo cambie para que nada cambie?, como escribió el italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa en su novela El Gatopardo.

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