El Gobierno se volvió reformista. Le forzaron los mercados financieros, la UE, el paro y las malas cuentas públicas; ha puesto en marcha la reforma laboral (aunque queda la de los convenios colectivos), la de las pensiones, la impositiva (subiendo el IVA) y la financiera (obligando a las cajas a capitalizarse, convertirse en bancos o ser nacionalizadas).
Falta la más impopular, con 4,7 millones de parados: la reforma de la cobertura de desempleo . Se camina lentamente hacia la flexiseguridad con el subsidio adicional de 350 euros/mes un semestre a cambio de cursos.
No es suficiente, porque tenemos inmovilidad laboral funcional y geográfica debida a la falta de viviendas asequibles; a la cultura de familia protectora y apego a la tierra, de cobertura de desempleo larga en tiempo y cantidad; a la ineficacia de los Servicios Públicos de Empleo (SPE) para recolocar; y al desastre de la formación continua, muchas veces en manos de patronales y sindicatos.
Las causas estructurales tendrán una evolución paulatina. Pero otras están en manos del Gobierno. La entrada de empresas de intermediación laboral privadas para mejorar la recolocación colaborando con el SPE está anunciada, pero su funcionamiento se dilata.
Otro capítulo sobre el que profundizar es el de la formación continua, dejándola a empresas e instituciones certificadas, alejadas de las ávidas manos de los agentes sociales.
No obstante, lo eficaz a corto es reducir las coberturas de desempleo en tiempo y cantidad y ligarlas con rigor a las indemnizaciones por despido y la aceptación de empleos. Acortar su duración e importe incentiva la búsqueda de trabajo; el estímulo definitivo es la necesidad.
Se dirá que no es el momento, con 4,7 millones de parados, que eso crearía inestabilidad social. Pero dice el refrán que quien bien te quiere, te hará llorar. Hasta Merkel se lo va a pedir a Zapatero. A Alemania le conviene: de golpe, a la vez que sanea las cuentas públicas de España y aleja peligros del euro, empuja a los jóvenes españoles hacia el norte; un norte más allá de los Pirineos.
J. R. Pin Arboledas. Profesor del IESE, Titular de la Cátedra de Gobierno y Liderazgo en la Administración Pública.