La Federación Europea de Accionariado Asalariado ha estudiado la evolución de esta figura durante la crisis en 2.500 grandes compañías europeas que emplean 33,4 millones de trabajadores; empresas que en 2007 tenían 8,4 millones de asalariados accionistas y 9,3 millones en 2009; en esos años, el porcentaje de esas compañías con asalariados accionistas pasó del 84 al 91%.
Aumentos significativos. Por el contrario, el valor de capitalización de esas acciones pasó de 291 billones de euros en 2007 a 166 billones en 2009. Al principio de la crisis, la caída del precio de las acciones pudo atraer inversiones de los asalariados.
Las empresas lanzaron planes para hacerles atractivas las compras; en 2008 lo hicieron el 35,3% de las 2.500 empresas con nuevos programas de participación accionarial para sus empleados. Dos años después, el valor de esas inversiones se ha reducido a casi la mitad. Dura lección.
La crisis ha golpeado al Capitalismo Popular: la entrada en el capital de las grandes empresas de las clases medias y bajas. Lo mismo ocurrió con el sector inmobiliario, el otro destino importante de las inversiones de esos colectivos. Ambos efectos han reducido la sensación de riqueza de estos estratos sociales debilitando el consumo; más aún en países con alto desempleo, como España.
Pero, con el accionista asalariado los efectos son más preocupantes. Al ver caer el valor de su participación accionarial duda de la compañía en que trabaja y se desmotiva. Nada peor para la competitividad de las empresas que la desmotivación de sus empleados.
Los órganos de gobierno de las compañías pueden achacar esas pérdidas a losmercados. Pero, en todo caso, tendrán que comunicar sus planes y perspectivas de futuro financiero tanto al exterior como al interior de la empresa y recuperar la confianza. Si no aciertan, no sólo se juegan la fidelidad de los inversores: pueden perder el compromiso de sus empleados y, con ello, una de las palancas de la competitividad.
J. R. Pin Arboledas. Profesos del IESE, Titular de la Cátedra de Gobierno y Liderazgo en la Administración Pública.