Las relaciones entre Venezuela y Colombia han cambiado. La impresión desde España es que Chávez está aislado de lo que no sea bolivariano o sus aledaños. Pero el presidente venezolano necesita que su política exterior le ayude a resolver sus problemas interiores y viceversa. Lo estoy comprobando en el terreno, en Bogotá y en Caracas.
El bolivariano no puede olvidar que no obtuvo la mayoría de votos que permitiría su revolución hacia el socialismo pseudocastrista vía electoral. Por ello, debe mejorar su imagen manteniendo el abastecimiento de materias básicas. Colombia es su principal suministrador; se le impone restablecer la normalidad diplomática y el tráfico mercantil.
También desde España da la impresión de que Santos es uribismo continuista. Pero no es así en las relaciones con Venezuela y otras materias. El presidente colombiano es un buen ex ministro de Defensa y un pragmático en economía. Venezuela es el segundo socio comercial de Colombia , después de EEUU. Romper diplomáticamente con el país vecino es dejar de exportar y poner en peligro el cobro de exportaciones ya realizadas.
Por eso, la reunión de ambos mandatarios después de la elección de Santos fue pragmática. "Dejas de acusarme de ayudar a las FARC y el narcotráfico y te pago sin demoras", debió ser la oferta venezolana. "De acuerdo, pero establezcamos un pacto que haga estable la situación", pudo responder el colombiano.
La consecuencia fue inmediata: se restableció el tráfico comercial y el flujo de pagos. De hecho, esta semana los periódicos colombianos anuncian que se firmará el Tratado de Libre Comercio entre ambos países en 2011. La duda es si ese beneficio a corto no es para los colombianos un perjuicio a largo plazo. Pese a ello, el ambiente en Colombia es favorable y las decisiones del presidente Santos son alabadas en público y privado.
La política, dice Manuel Fraga, hace extraños compañeros de cama. ¿Colombia será capaz de un ménage à trois, acostándose por la noche con EEUU, para combatir la guerrilla y el narcotráfico, y levantándose por la mañana con el bolivariano, por la economía? Pronto lo sabremos.
J. R. Pin Arboledas, profesor del IESE.