Opinión

Editorial: Obama, en manos de Bernanke

El sueño ha terminado. Obama ha perdido la mayoría en el Congreso. En su momento, Clinton cooperó con los republicanos. Pero no parece que éste sea el caso.

El partido republicano sabe que tiene la presidencia al alcance. Y le espolea el Tea Party, un movimiento que puede frenar las intervenciones masivas del Gobierno o las alzas tributarias, pero que también puede atizar el enfrentamiento. Ahora, Obama comprueba su error: intentó cumplir con su programa de cambio radical para complacer a su base electoral; sin embargo, debió concentrar su capital político en la economía.

Sus estímulos estuvieron mal diseñados; aunque ayer se empeñase en decir que lo que falló fue la comunicación. Hay mucho trabajo que hacer en la política económica. Las cuentas de EEUU están mal. La inyección keynesiana se ha quedado en las empresas. En su lugar, se debieron buscar formas de alentar la actividad aun saltándose al sistema financiero. Pero ahora se perfila una fase de crispación que dejará la economía en manos de la Fed. De ahí que ayer Bernanke aprobase 600.000 millones más de dopaje.

La apuesta es evidente. Si se da una inflación controlada y se deprecia el dólar, se podrán corregir los desequilibrios y eliminar el valor del endeudamiento estadounidense. Los riesgos son muchos: una inflación desbocada, una política fiscal irracional y hasta guerras comerciales. ¿Y qué pasará si dentro de seis meses seguimos igual? EEUU sufre un exceso de deuda que costará sanear. La política de Obama debe ocuparse de ello, y no de engordar aún más el problema. No obstante, el presidente se ha puesto en manos de Bernanke. ¿O quizá sea al revés?

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