Los precios de la vivienda tocarán fondo en España en 2011, así de rotundo. En este momento todavía se ralentiza un mayor desplome debido a que hasta el 31 de diciembre la compra de una casa tiene una desgravación fiscal del 15% en el IRPF, cantidad jugosa y atractiva para los que quieren adquirir una residencia.
A partir de esa fecha ese incentivo desaparecerá, por lo que la compra de un piso ya no se hace tan urgente y se puede esperar para comprar, en la confianza de que se produzcan nuevas caídas en los precios de las casas. Y es que todo hace prever que tendremos nuevas caídas, dado que los motivos del desplome inmobiliario no han desaparecido. Es decir, se mantienen las dificultades para acceder a un crédito y el deterioro de los indicadores más relevantes siguen su marcha, como es el caso del incremento del paro.
Caída mayor de lo esperado
Recientemente la agencia de calificación Standard & Poor's en su informe European Economic Forecast señalaba que el mercado inmobiliario español tendría una caída nominal de los precios de la vivienda del entorno del 30%, contado desde el cuarto trimestre de 2007. Pero esta cifra puede todavía ser mayor, dado el fuerte desajuste que existe en el mercado residencial entre oferta y demanda.
En la actualidad la oferta de viviendas supera con creces a la demanda. Y el mercado de segunda mano tiene también ofertas atractivas para el comprador, consecuencia de la necesidad de algunos de acortar plazos en la venta, al tiempo que se ha reducido el número de compras entre los inmigrantes.
Sólo un fuerte cambio en la política económica del Gobierno podría dar un respiro al sector inmobiliario. Así, un aumento del factor credibilidad en las medidas del Ejecutivo, junto con un crecimiento del PIB, no de tasas altas, sino mantenido y firme, y conservar el incentivo fiscal para los compradores, aliviaría la crisis que asume el mundo inmobiliario.
Luis María Mirón, periodista económico.