Opinión

Editorial: Los sindicatos pierden crédito

La afiliación sindical se resiente. En CCOO, ha dejado de crecer y en UGT, cae. La primera argumentación que viene a la cabeza para explicar semejante situación resulta fácil: el aumento del paro ha rebajado el número de afiliados. Sin embargo, éste no es el caso. Los sindicatos están regalando la permanencia a sus miembros que pierden la ocupación.

Y, encima, con multitud de EREs y negociaciones sobre las condiciones de trabajo puestas sobre la mesa de las compañías, la conflictividad laboral ha alcanzado un punto muy caliente, por lo que en buena lógica muchos trabajadores optan por sumarse a una organización sindical, aunque sólo sea puntualmente, para defender sus intereses. Pero incluso en estas circunstancias, la afiliación se reduce. La conclusión es que la gestión de la crisis realizada por los dirigentes sindicales, caracterizada por el inmovilismo, les ha restado mucha credibilidad. La gran mayoría de los expertos apuntan a que en España se han dado unas condiciones laborales demasiado inflexibles.

En las empresas, era más fácil despedir a 10 personas que cambiar las condiciones de trabajo a 100, y eso ha llevado a una acumulación de despidos exorbitante. Han pasado dos años y los sindicatos no han sido capaces de suscribir un acuerdo que paliase la sangría, lo que transmite la sensación de que se han ocupado más bien de proteger a un grupo de privilegiados mientras que no les concernía aquellos que se quedaban fuera. Esa ausencia de solidaridad también ha quedado patente en la reciente huelga del metro de Madrid. Por no hablar de cómo les ha perjudicado el abrazo del oso de Zapatero...

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