Uno, que lleva ya años en estas tareas de informar, ha mantenido siempre dos principios irrenunciables: la independencia y la tolerancia. Y es desde el respeto a esta última desde el que entiendo que el Gobierno está en la obligación de desmentir una información que considera inexacta o contraria a sus intereses. Les va en el sueldo.
Pero lo que no puedo entender es el ensañamiento de ese desmentido, acompañado de descalificaciones. Por cierto, ¿recuerdan ustedes cuantos meses estuvieron el señor Zapatero y su Gobierno negando que en España hubiera crisis y declarando antipatriotas a quienes lo denunciábamos?
O cuando decían que nuestro sistema financiero era el más saneado de Europa para luego regalarle un Frob con el que sanear los agujeros ocultos.
O, sin ir mas lejos, cuando juraban que jamás harían una reforma laboral que lesionara los intereses de los trabajadores.
¿Por qué, entonces, les tenemos que creer ahora cuando dicen que no se está diseñando un plan de rescate para España?
Señores del Gobierno, si quieren abrir el debate de la credibilidad , cuando quieran y donde quieran. Así, sin acritud.
José María Triper, periodista de elEconomista.