Zapatero, Zapatero, yo no quiero, yo no quiero
que a tus zapatos dediques ya tus afanes
Pues el paro me atenaza,
mi familia está sin panes,
la prestación se acabó,
la hipoteca ya venció,
y mis ahorros, el banco se los llevó.
Mi autoestima se apagó,
el subsidio escaseó.
Te ruego que nos escuches,
que no sigas ya las voces,
de quienes, sin ser portavoces,
nos quieren representar.
No voté,
no voté yo,
UGT ni Comisiones,
Ni CEOE, ni... ¡cojones!
Valga el taco porque siento
que yo me quemo por dentro.
Que voté un Parlamento, que te eligió presidente,
para que tomes medidas, de futuro y de presente
y nos tengas al corriente.
Hoy reduces gasto público,
porque Europa te lo pide
porque Obama te lo exige.
Funcionarios y Gobierno,
que han vivido en este invierno
con sopita y ajo tierno,
por no haber tú laborado
con diligencia y acierto
ven el salario mermado,
en más de un 5%.
Y Merkel, la cancillera,
vigila nuestra chequera.
La alemana y el francés han mandado
reducir el presupuesto
y doblegado te has
sin chistar y muy bien presto.
Pero quedan por hacer
otros cambios, a saber:
el mercado laboral
y su reforma integral.
Descentralizar convenios,
achicar ayuntamientos,
liberalizar comercios,
energía nuclear,
el IVA no aumentar
y otras muchas cosas más.
Zapatero, Zapatero, mi actual presidente.
que tengas muy bien presente,
que si no haces tu trabajo
en sesión parlamentaria
votaremos prontamente.
Que Duran ya anunció que quedarías sin tajo...
...sin tajo de presidente.
J. R. Pin Arboledas, profesor del IESE.