Desde hoy, martes 23 de febrero, hasta el sábado, 6 de marzo, decenas de miles de trabajadores convocados por CCOO y UGT se manifestarán en las principales ciudades del país para mostrar su rechazo a la propuesta que el Gobierno ha remitido a la Comisión Parlamentaria del Pacto de Toledo, y a la Mesa de Diálogo Social, de retrasar la edad legal de jubilación a los 67 años.
Una iniciativa que consideramos equivocada, insolidaria, imprudente y regresiva. El sistema de pensiones es un elemento esencial de nuestro modelo de protección social, especialmente para los trabajadores. Para ellos, una vez termina su vida laboral, la principal o única fuente de ingresos es la pensión.
Su mantenimiento y refuerzo son objetivos preferentes para las organizaciones sindicales, representantes legítimos de los trabajadores también cuando cesan en la actividad laboral y acceden a pensiones derivadas de aquélla. La Seguridad Social presenta un superávit de 8.500 millones de euros en 2009. La previsión para 2010 es de 2.700 millones pese a los más de dos años de profunda crisis por los que atravesamos. Por su parte, el Fondo de Reserva alcanzará en breve 62.000 millones de euros de patrimonio.
En lo inmediato, podemos ya mejorar los ingresos del sistema en más de 7.000 millones de euros anuales, reforzando, incluso, su superávit coyuntural. Para ello, debe cumplirse lo pactado en el Acuerdo de Pensiones de 2001 y dejar de pagar con cotizaciones sociales los complementos hasta la pensión mínima o dejar de asumir los gastos de estructura de la propia Seguridad Social, financiándola como el resto de servicios públicos.
CCOO es la única organización social que ha firmado todos los acuerdos de pensiones hasta hoy. Cualquier reforma debe partir del acuerdo social y político. El principal logro del Pacto de Toledo fue sacar las pensiones de la confrontación política y social, instaurando un mecanismo de reforma del sistema desde consensos amplios.
Además, no compartimos la propuesta a la que el Gobierno está dando mayor importancia. El retraso de la edad legal de jubilación hasta los 67 años es una medida agresiva e innecesaria. Los sucesivos acuerdos de pensiones establecen mecanismos, no traumáticos, que han tenido como efecto un retraso efectivo y voluntario de la edad de jubilación real (se ha pasado de 62,87 años a 63,27 años en menos de cinco años).
Desde CCOO apostamos por reforzar los mecanismos voluntarios de jubilación flexible ya existentes, tanto para anticipar la edad de jubilación, generalizando este derecho, como para retrasarla, reforzando el incentivo ?hoy aún pequeño?, para las personas que deseen o precisen retrasar la edad de jubilación. Éste es un instrumento que goza de consenso general y en el que se puede profundizar con intensidad.
Pudiera ocurrir que el Gobierno cediera a la tentación de valorar el aplauso que la propuesta ha recibido de los sectores y opiniones del liberalismo económico, empeñados en asestarle un nuevo golpe a las políticas públicas y a las instituciones sociales del Estado y, en consecuencia, dispuestos a vulnerar los derechos de trabajadores y trabajadoras. Son las mismas opiniones que defienden sin tapujos el capitalismo de casino y el mercado sin reglas que recientemente nos metieron en la crisis económica y financiera que vivimos, y que ahora nos quieren marcar el camino de salida. Si el Gobierno tuviese intención de aceptar ese apoyo, debe saber que las manifestaciones que se inician hoy no serán las últimas.