
Madrid y Valencia, gobernadas por el PP desde hace años, mintieron sobre el volumen de su déficit.
El Consejo de Política Fiscal y Financiera parece haber conseguido lo que se proponía: implementar los planes de ajuste necesarios por las comunidades autónomas para cumplir en 2012 el objetivo de déficit y dar una respuesta clara sobre cómo hacerlo.
Era fundamental arrojar luz sobre las cuentas autonómicas -la transparencia genera confianza- y Hacienda ha manejado hábilmente la negociación al obligar a todos a explicar sus planes ante los demás.
El jueves afloraron los trapos sucios que algunas autonomías habían ocultado hasta el último momento y hubo sorpresas desagradables. Madrid, Valencia y Castilla y León salieron colorados por haber comunicado un déficit en 2011 inferior al real.
En el caso de Madrid y Valencia, de forma importante, y mínima, en la autonomía castellana. La consecuencia peor es que el Estado tendrá que revisar el déficit de 2011, a pesar de que en conjunto la desviación, según el Gobierno, no será reseñable pero sí es intolerable. Las tres comunidades están gobernadas por el PP y llevan en el Ejecutivo varias legislaturas, por lo que no hay disculpa para el desvío, aunque ni siquiera se podría dar una explicación razonable si hubieran sido elegidos en las elección de hace un año.
Aguirre se ha permitido el lujo de presumir durante meses de gobernar la región más cumplidora y en Valencia, Fabra prometió transparencia al sustituir a Camps.
Hacienda, que presionaba sobre Andalucía del PSOE, debe exigir más transparencia y lealtad a los suyos y no admitir una más.