Internacionalizarse o morir. Esta es la gran alternativa para que una empresa siga adelante. Tres palabras que, el pasado jueves, se convirtieron en la apuesta de la totalidad de los ponentes que conformaron el cartel que llenó de ilusión a los miles de dirigentes, líderes y expertos nacionales e internacionales que asistieron al Palacio de Congresos de Madrid.
Desde las nueve de la mañana hasta las nueve de lanoche el futuro de las empresas españolas estuvo en boca demásde una veintena de ejecutivos de las principales multinacionales del país.Todas las palabras se quedaban cortas para reclamar una llamada a la apertura al exterior, al desarrollo fuera de las fronteras y, en definitiva, a la internacionalización. Entusiasmo y ganas de seguir adelante en momentos complicados, fue el emblema que no perdieron de vista todos aquellos empresarios que vivieron el jueves una jornada de superación, de retos y de ganas de mirar hacia el futuro.
Desde el chairman emérito de Volkswagen, CarlHanh, encargado de inaugurar la jornada, hasta el propio Príncipe Felipe, encargado de cerrarla, contribuyeron a dar fuerza a España reconociendo sus fortalezas en momentos difíciles.
"España tiene fundamentos económicosmuysólidos",
afirmó Hanh al mismo tiempo que pedía esfuerzo y compromiso para seguir adelante. Palabras impactantes que no dejaron indiferente a nadie. "Hay que trabajar muy duro y hay que hacerlo unidos" aseguró. "Si uno está aislado, no tendrá un peso suficiente a medio plazo", sentenció.
Un cartel de lujo
Cuando el reloj marcaba pocomás de las diez de la mañana entraba en juego una de las mesas de debate másinteresantesdela jornada. John M.Scott, presidente de KPMG y de la Comisión deRelaciones Internacionales de CEDE,era el encargado de moderar a empresarios y directivos de primer
nivel. José María Álvarez Pallete, consejero delegado de Telefónica; IsaacMartín-Barbero, director de Internacionalización de Icex; Francisco Riberas, presidente de Gestamp y Rafael Villaseca, consejero delegado de GasNatural Fenosa, conformaron un auténtico cartel de lujo que analizó el proceso de internacionalización en el contexto económico actual.Uncontexto en el que cada vez son más las empresas españolas que buscan su hueco en el exterior.
Lamesa abordó experiencias que permitieron a los miles de asistentes conocerdecerca los retos y oportunidades para la salida al exterior que se plantean en una coyuntura especialmente compleja.
Apesar de ello, John Scott recordó que la internacionalización no debe ser entendida como una estrategia defensiva frente a la caída de la demanda del mercado interno, sino que debe ser parte de la estrategia de las compañías.Y esto ya está sucediendo, según un informe de KPMG, que señala que el 83 por ciento de los directivos españoles considera que la internacionalización es el mejor camino para afrontar la situación económica actual, el 37 por ciento de los encuestados tienen intención de aumentar su presencia en el futuro, mientras que el 47 por ciento pretende mantener la ya desarrollada.
Los ponentes dejaronclaro el exito que la internacionalización ha proporcionado en sus respectivas empresas. "Telefónica no sería lo que eshoy si no hubiera optado por salir fuera", aseguró Álvarez-Pallete.
Según expuso, el rápido crecimiento internacional de la compañía les ha proporcionado mayor independencia a los cambios de ciclo económico ymayores posibilidades de acceso a la financiación, el talento y la tecnología.
Ejemplo semejante es el de Gas NaturalFenosa. "Tenemos a la mitad de nuestros clientes fuera de España, lo que nos ha permitido el acceso a nuevos mercados". En este sentido, Rafael Villaseca destacó cuatro elementos clave para llevar a cabo el proceso de internacionalización con éxito: comprender en profundidad las ventajas competitivas y el valor añadido que puede aportar la empresa; identificar y saberse adaptar a las tendencias mundiales en el sector; gestionar adecuadamente el riesgo y una gestión eficaz de los recursos financieros y humanos. Por su parte, Francisco Riberas, presidente de Gestamp,hizo hincapié en la apuesta por el valor añadido y la alta tecnología, que ha conducido el camino internacional de su compañía. Con la crisis como palabra más que recurrente y sin olvidar que la economía española está inmersa en un proceso de ajuste que lastrará la demanda interna porunperíodo prolongado, la mesa presentada y moderada por John M. Scott, dejó patente la necesidad de transformarse. "La globalización es la vía para crecer yhacernos estratégicos?, aseguraba Riberas quién dejó claro que la globalización no debe ser una moda ya que cuesta dinero y tiempo.El presidente de Gestamp pidió a los presentes constancia y paciencia.
"Lo importante es que las empresas sean globales, no para exportar, sino para existir enelmundo". Mientras, Pallete ibamás allá afirmando lo siguiente: "La crisis no es el único motivo de preocupación. En paralelo, existe una revolución tecnológica que nos obliga a transformarnos".
Palabras que hacían despertar en los asistentes las ganas de apostar por el mercado exterior. "La situación es difícil pero sería bueno ver la internacionalización, no como una respuesta inevitable para salir de la crisis, sino como una gran apuesta quenos permitirá entrar en un ciclo de prosperidad", sentenció el director general de ICEX. Mensaje de apertura como gran apuesta de recuperación. Y es que desde el estallido de la crisis en2008 los procesos de internacionalización de grandes y pequeñas compañías no ha hecho más que acelerarse. Empresas obligadas porunmercado interno plano que buscan aprovechar, al mismo tiempo, la recuperación y el desarrollo de mercados internacionales en Asia yAmérica.
Sin ir máslejos, el número de empresas que internacionalizaron su negocio en 2011 aumentó en un 12 por ciento con respecto a 2010 hasta las 123.000 empresas.Todo en un contexto en el que Europa, Estados Unidos y los países emergentes de Latinoamérica se presentan como los principales objetivos internacionales de nuestras empresas.
Además, son numerosos los estudios que han establecido un importante vínculo entre la internacionalización de un país y su desarrollo social y económico. Son los sectores más abiertos comercialmente al exterior los que tienenmayores tasas de empleo, de productividad y de captación de talento. Pero no sólo la internacionalización y la crisis fueron las palabras recurrentes durante la jornada empresarial CEDE del pasado jueves.
A éstas se sumó la competitividad. Fue Juan Miguel Villar-Mir, presidente de OHL, uno de los que hizo una llamada a ejercerla. "Los retos siempre incluyen sermáscompetivos que los demás.No hay sectores buenos y malos, eso no existe.En la vida real lo que hay son empresas bien administradas y mal administradas", aseguró Villar-Mir. Mensajes que iban cogiendo forma mientras se mezclaban con un derroche de confianza en España.
"La sociedad española ha demostrado la capacidad de crecer contra la adversidad y crecer frente al futuro", afirmó el presidentedeLaCaixa y CEDE, Isidro Fainé, quién hizo hincapié en los puntos positivos de la crisis. "En la crisis debemos encontrar nuestras oportunides."
El presidente de CEDE dejó sobre la mesa la importancia de anticiparse desde el punto de vista empresarial. Esto sin olvidar la relevancia de los valores como la cultura del esfuerzo, la convicción del trabajo en equipo, el compromiso, la lealtad, la ética y la fiabilidad de la palabra quenos llevana crear una sociedad más justa. Fainé no dudó en reclamar la confianza de los empresarios. "No podemos pedir a los inversores que crean ennosotros si nosotros no creemos.
Un líder de empresa no puede dejarse vencer ni por el pesimismo ni por el entorno?, sentenció. Fainé no dudó en resaltar también las virtudes de nuestro país pidiendo el respaldo a corto plazo para ser fuertes a la larga. Aseguró que son muchas las fortalezas de España y que las cosas empiezan con un paso: ?da tú ese primer paso ahora. El resto irá apareciendo a medida que camines?, afirmó.
Eran pasadas las siete y media de la tarde y el ministro de Asuntos Exteriores y el Príncipe Felipe fueron los encargados de poner el broche de honor a la conjura de optimismo iniciada por Fainé. García Margallo pidió a los empresarios que extrajeran de ella lecciones importantes. Las experiencias, el optimismo, el apoyo al mundo empresarial español y el compromiso con la internacionalización estaban llegando a su fin. Tras el discurso esperanzador del Príncipe Felipe, ponentes y asistentes recogían sus cuadernos, cogían susmaletas cargadas de ilusiones y ponían punto y seguido a una jornada llena de esperanza.