
Poco a poco el mundo de la investigación y la ciencia en España se va escribiendo con 'M' de mujer. Respaldar y apoyar a las mujeres que hacen ciencia en nuestro país y fomentar las vocaciones científicas es la finalidad con la que nació el programa L'Oreal-Unesco Por las mujeres en la Ciencia.
Se concedieron cuatro bolsas de investigación a cuatro mujeres españolas menores de 35 años, que podrán disfrutar de una beca de 20.000 euros para llevar a cabo sus iniciativas. ¿Sus proyectos? Muy diversos, ¿sus ilusiones? Las mismas, seguir investigando durante toda su carrera.
Mucho por recorrer...
MªJosé Bayarri tiene 33 años y aunque opina que la mujer tiene ya un hueco en la historia de la investigación, cree que aún queda mucho por hacer. Su proyecto de investigación trata de mejorar el estado del lenguado senegalés en cautividad. Este tipo de pescado en España tiene "un gran interés comercial debido a la alta calidad de su carne", explica. Su iniciativa "trata de encontrar el problema que presenta el lenguado nacido en cautividad para reproducirse y plantea soluciones para que el cultivo de esta especie pueda llevarse a cabo a nivel industrial de forma estable", matiza.
Dificultad de investigar
Para ella la beca supone "una oportunidad más para seguir investigando y haciendo lo que me gusta". El sentimiento de la valenciana es compartido por Susana Boso, otra de las galardonadas con la bolsa de investigación y que con 34 años trabaja desde su laboratorio de Pontevedra para combatir un hongo que ataca a la vid en el noroeste de España.
Aunque asegura haber llegado a esto de la investigación de casualidad, lo cierto es que buenos genes corrían por sus venas. Su madre, científica, intentó inculcarle el amor por la ciencia. Hace sólo siete años que Boso inició su carrera investigadora y hoy busca dar con la clave que le lleve a conocer cuáles son las plantas más resistentes a algunas enfermedades, lo que en el futuro significará un cultivo más rentable, explica la orensana.
Estos testimonios son dos buenos ejemplos de la situación de la investigación en España de mano de las mujeres. Son muchos y muy diversos los campos científicos que quedan aún por explorar. Pero la inserción de la mujer investigadora es aún precaria. Según un informe elaborado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, sólo el 13 por ciento de las cátedras en España están ocupadas por mujeres y estamos por encima de la media europea en cuanto a mujeres científicas según el Eurostat. Y es que "hay que conseguir no sólo que las mujeres se interesen más por la ciencia, sino que se la planteen como opción profesional para el futuro", señala Capitolina Díaz, directora de la Unidad Mujer y Ciencia del Ministerio de Educación y Ciencia.
El cáncer
Quizá sea el campo de la investigación sobre el cáncer el que mayores esfuerzos esté suponiendo. Cualquier paso adelante, por pequeño que sea, supone un gran avance. Dos de los proyectos becados hacen hincapié en este ámbito. El primero de ellos es el de Ainhoa Itziar Callejo de Prado, bilbaína de nacimiento que lleva cinco años en Madrid. Su actividad como investigadora la desarrolla en el centro de Biología Molecular Severo Ochoa.
La finalidad de su proyecto es analizar los mecanismos moleculares implicados en la señalización de una proteína que influye en la aparición de enfermedades congénitas y tumores. Para ella el papel de la mujer en la ciencia está aún por desarrollar. "El personal de base en el desarrollo científico es prácticamente femenino, pero son muy pocas las que llegan a puestos altos", explica la licenciada en Biología. De la misma opinión es Mª Isabel Cerezo, que también lleva a cabo un proyecto de investigación en torno al cáncer y sus secuelas.
Para ella la calidad formativa de las mujeres es cada vez más alta y por ello es algo natural que cada vez ocupen puestos de mayor responsabilidad. Fue en los últimos años de carrera cuando la pacense decide lanzarse al mundo de la investigación. Desde el Centro Nacional de Biotecnología en Madrid lleva a cabo un proyecto para profundizar en la función fisiológica de una proteína en concreto (p38) con el fin de "identificar nuevas dianas terapéuticas de aplicación en distintos procesos implicados en la transformación cancerígena y en los efectos secundarios derivados del tratamiento del cáncer", señala la bioquímica.
Cuatro visiones. Granitos de arena que contribuyen a que el papel de la mujer esté cada día más presente en todos los ámbitos de la sociedad.