Bolsa, mercados y cotizaciones

La Fed podría bajar los tipos medio punto, al menos... y Japón podría seguir sus pasos

Esta tarde llega gran cita de la semana, la primera reunión del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal desde la bajada de tipos de emergencia del 8 de octubre. Y se ha generado un enorme debate en EEUU sobre cuánto debe bajar los tipos Ben Bernanke, con opiniones para todos los gustos: 0,25 puntos, 0,50, 0,75, nada... Con el añadido de si esta vez se tratará de una acción concertada con los principales bancos centrales del mundo o no.

El consenso espera una bajada de medio punto hasta el 1%, su nivel más bajo desde 2004 y el mismo en que los situó Greenspan durante casi un año, la política que mucha gente considera la verdadera causa de la crisis actual por la burbuja crediticia que generó. Pero los futuros conceden un 44% de posibilidades (porcentaje elevadísimo para una segunda opción) para un recorte de 0,75 puntos que dejaría el precio del dinero en el 0,75%, algo nunca visto desde 1958.

Esta medida se justificaría por los crecientes riesgos de que la crisis de crédito global se convierta en deflación: un descenso general de los precios que estuvo en la raíz de la "década perdida" de los 90 en Japón y del que es muy difícil salir. En un entorno deflacionista, los consumidores anulan su gasto a la espera de precios más bajos y el coste real de la deuda sube, lo que provoca un aumento de las quiebras y de la morosidad.

Si la amenaza de deflación en EEUU es real, entonces algunos analistas piensan que la Fed debería bajar los tipos hasta cero, siguiendo el ejemplo de Japón. Ahora bien, el resultado de esta política no ha sido demasiado alentador en ese país, que ha vuelto a entrar en recesión este año. Y una vez agotadas las bajadas de tipos, el banco central debe acometer el llamado quantitative easing, es decir, aumentar la masa monetaria mediante inyecciones de liquidez.

Pero ese escenario todavía no se adivina en el horizonte pese a la caída del petróleo y de las materias primas, que hace que muchos analistas esperen un IPC negativo en tasa interanual. Marc Chandler, estratega jefe de Brown Brothers Harriman, considera que "dado que las fuerzas deflacionarias del colapso del crédito todavía no se aprecian, la Fed es reticente a bajar los tipos en exceso".

Por eso, la mayoría espera que hoy la bajada se quede en medio punto. Además, si Bernanke baja más, se quedará sin margen de maniobra en caso de que se produzca un nuevo pánico en los mercados del estilo del de hace tres semanas.

Otros analistas se pasan al extremo contrario y opinan que no tiene sentido bajar más los tipos desde los niveles actuales. Por un lado, la decisión de la Fed de remunerar los depósitos de los bancos en el banco central equivale de facto a una bajada de tipos. Por otro, la crisis bancaria hace que las bajadas de tipos no se trasladen a la economía real. "¿Por qué todo el mundo clama por más bajadas de tipos? ¿Qué bien van a hacer?", se pregunta Robert Brusca, economista jefe de FAO Economics. "Los bancos son como los moteles de las películas de miedo. Las bajadas de tipos entran pero no salen", añade gráficamente.

EEUU, Europa... ¿y Japón?

Y luego está el asunto de la coordinación. Trichet dejó el claro el lunes en Madrid que habrá bajada de tipos, pero parece que esta vez esperará a la reunión oficial, el próximo jueves. La intención es no dar sensación de alarma y de que los bancos centrales actúan movidos por el pánico de los mercados, como se vieron obligados a hacer el día 8. El mensaje es que aquello fue excepcional y que ahora, aunque hay que seguir bajando tipos para ayudar a resolver la crisis, tampoco hace falta que sea deprisa y corriendo.

Por cierto, esta vez puede sumarse al movimiento Japón. No es broma. El diario Nikkei publicaba ayer que el Banco de Japón, en su reunión del viernes, puede bajar los tipos entre 0,10 y 0,25 puntos hasta dejarlos en el 0,25%. Sería la primera rebaja de tipos en ese país desde marzo de 2001. El objetivo sería reactivar su deprimida economía, frenar la escalada del yen y amortiguar el desplome de la bolsa, que ha caído a niveles de 1982.

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