
Casi una década después de que Estados Unidos interviniese para evitar la quiebra de AIG, la aseguradora no sólo logra lucir un consejo de compra, sino que, además, es la más recomendada de entre las mayores del sector. Y es que, si 2017 arrancaba con la noticia de que Axa se convertía en Ecotitán (la mejor recomendación de entre las cinco mayores del sector en todo el mundo), poco le ha durado a la europea dicho puesto ya que, en la última revisión, se lo ha arrebatado AIG.
La aseguradora estadounidense cuenta con un 8,45% de potencial que la llevaría a la zona de los 71,88 dólares. Pese a ello, la firma todavía está muy lejos de los altos históricos que marcó en el año 2000, en plena burbuja de las puntocom, por encima de los 1.737 dólares y desde los que se ha dejado un 96,18% de su valor.
Y es que, aunque cierra cinco ejercicios consecutivos de ascensos, el precio al que cotiza todavía recuerda al peor año de toda su historia en el parqué: 2008. Sólo en esos doce meses sus títulos se desplomaron más de un 97%.
Entonces, cuando contaba con el título de ser la mayor aseguradora del mundo, la Reserva Federal tuvo que acudir en su rescate y evitar su quiebra. Algo que se llevó a cabo mediante la inyección de 85.000 millones de dólares, en el contexto de la caída de Lehman Brothers. Como contraprestación, el banco central estadounidense se hizo con un 79,9% de su capital.
Desde 2009, AIG ha vendido activos por más de 90.000 millones de dólares, teniendo como principal objetivo reembolsar el rescate al que fue sometida un año antes. Con estas medidas, la firma se ha retirado de mercados como el de Panamá, El Salvador y Guatemala.
Pese a todo ello, la confianza parece que ha vuelto a la compañía que tiene el mejor consejo de entre las cinco mayores aseguradoras de todo el mundo.
Entre sus fortalezas se encuentra un incremento de sus beneficios del 26% en los próximos ejercicios. En concreto, se espera este crecimiento desde los 4.202 millones de dólares con los que el consenso de mercado que recoge FactSet considera que habría acabado 2016, hasta los 5.293 de 2018.
Del mismo modo, se estima que la rentabilidad por dividendo que otorga la firma no haga otra cosa que crecer en los próximos ejercicios. En concreto, para este 2017 se le sitúa en el 2,11% que se verá incrementado hasta el 2,38% en el próximo año.
Además, puede presumir de no estar muy cara por PER (veces que el beneficio se encuentra en el precio de la acción). Y es que la media de analistas sitúa esta ratio en las 12,2 veces, frente a la media del sector en las 13,6 veces.