
El bajo crecimiento del PIB a nivel global ha venido para quedarse. Así lo entiende, al menos, Christophe Morel, economista jefe de Groupama Asset Management. "La realidad es que no estamos creciendo como en la década de los 90 y no esperen que volvamos a ver crecimientos como ese". Con estas palabras el directivo de la gestora francesa trataba de explicar la "nueva normalidad" en la que vive la economía global.
Una "normalidad" que viene marcada por un alto nivel de endeudamiento, un bajo nivel de crecimiento, un desequilibrio "evidente" entre inversiones y ahorro y unos tipos de interés que van a permanecer bajos durante un periodo de tiempo prolongado en Europa. A todo ello hay que sumar el hecho de que la población está envejeciendo, lo que da como resultado una menor productividad y, en consecuencia, un menor crecimiento.
Sin embargo, a corto plazo sí que se puede observar una recuperación global. "Somos muy positivos a corto plazo, más de lo que lo hemos sido nunca", asegura el experto, "porque la oferta esta flaqueando en relación a la demanda y en consecuencia se ha dado una falta de inversión".
Por eso "es hora de invertir", asegura el experto. "Antes de cada recesión económica, en los países de la OCDE siempre se ha dado un exceso de inventarios en base a una producción por encima de lo que la gente podía consumir", asegura Morel. Ahora ocurre todo lo contrario, "la demanda ha tomado una ventaja significativa sobre la oferta", asegura el experto que insiste en que a corto plazo existe una oportunidad de inversión atractiva.
Perspectivas favorables para EEUU
Este hecho, unido a las perspectivas de inversión "cada vez más favorables en EEUU" puede derivar en una reactivación de las inversiones que sostendrá el comercio mundial y que servirá para que se olvide un poco la desaceleración vivida por el comercio mundial desde 2011.
Y es que, las potenciales consecuencias derivadas del programa económico del nuevo presidente electo de EEUU, Donald Trump, serán, en opinión de Morel, más limitadas de lo previsto ya que "los efectos multiplicadores son más limitados en periodos de crecimiento".
En cuanto a la esperada inflación de cara a 2017, desde Groupama aseguran que desde el punto de vista del análisis fundamental, "el riesgo es más la deflación que la inflación", dado el elevado endeudamiento. De hecho, aseguran que incluso con un escenario de continua recuperación, "la inflación subyacente no alcanzaría la zona de confort del 1,5-2% antes de que termine 2018".