Bolsa, mercados y cotizaciones

La inversión vuelve a volar hacia Europa

Con sus índices en máximos históricos, a Wall Street se le está acabando el recorrido alcista, al menos, frente a una bolsa europea que presenta un potencial mayor. Los beneficios de las compañías del Viejo Continente empiezan a mostrar crecimientos de doble dígito para los próximos años después de que el BCE haya iniciado años más tarde que la Fed su programa de estímulos

Cuando hace 89 años se planteó por primera vez un vuelo transatlántico fue, básicamente, por conseguir un premio de 25.000 dólares que había ofrecido unos años antes el filántropo francés Raymond B. Orteig. El 20 de mayo de 1927 el estadounidense Charles Lindbergh, criado en una familia de origen sueca de padre congresista y madre química, fue el primer hombre en pilotar un vuelo de América a Europa, de Nueva York a París, durante 33 horas y media de trayecto.

Hoy, los analistas están haciendo sus maletas para ocupar sus asientos en una aeronave que realiza el mismo viaje. No porque en Estados Unidos se empiece a estar mal -que sería impensable con sus índices haciendo máximo tras máximo desde hace varias semanas- sino porque la bolsa europea tanto por potencial, como por crecimiento, recomendaciones de compra y momentum presenta mejores perspectivas que hace sólo un par de meses, cuando los paneles del principal aeropuerto de Europa, Heathrow (Londres), indicaron -sin previo aviso- la cancelación de todos sus vuelos a la UE.

A dos meses del susto parecen haberse desvanecido las turbulencias, al menos, hasta que el Banco Central Europeo (BCE) sea capaz de evaluar sus consecuencias. Entretanto, la renta variable del Viejo Continente ha vuelto a ser atractiva a ojos de los gestores, según la última encuesta de Bank of America Merrill Lynch, en la que vuelve a sobreponderarse bolsa europea -tímidamente- frente a la infraponderación del mes previo.

Europa, con viento de cola

Pendientes de que el BCE decida ampliar su programa de compras seis meses más, hasta septiembre de 2017, la inversión en bolsa europea va recuperando su atractivo. No sólo cuenta con el respaldo del señor Draghi, sino que la penalización a la que han sido sometidos sus índices hace, entre otros motivos, que su potencial sea mayor. El EuroStoxx 50 presenta un recorrido por delante del 12 por ciento, hasta un precio objetivo de 3.300 puntos; frente al 9 por ciento que ofrece el S&P 500 -a 2.380 enteros- y el 6 por ciento de potencial que ofrece el Dow Jones, hasta los 19.680 puntos.

Además, "en los últimos años no han escaseado los avisos del encarecimiento de la renta variable estadounidense", recalcan desde CaixaBank Research, y, a pesar de ello, "las acciones europeas han sido incapaces de seguir su estela". ¿Comprar caro o apostar por títulos de saldo? "Prefiero lo caro", afirma tajante Jaime Díez, analista de XTB. Esto traducido a valoraciones significa que el inversor de Wall Street recuperará, de media, su dinero dentro de 17 años, frente a los 15 que le supondrá al europeo. Y no es sólo eso. Tanta subida hace que la bolsa estadounidense cotice con una prima del 22 por ciento respecto a su PER (número de veces que la acción recoge en precio las ganancias) histórico, frente al 20 por ciento de sobrecoste que alberga el mercado del Viejo Continente.

Hay quien lleva meses y, si apuran, años hablando de un fin de ciclo en América. Y, sin embargo, aún sigue siendo la primera opción de los gestores. Cuestión aparte es el ciclo económico (no bursátil) donde sí hay señales "de una eventual desaceleración". El rescate de la Fed empezó antes; con él, la recuperación de las compañías y de ahí se deriva, ocho años después , "casi el pleno empleo en EEUU, la caída del sector manufacturero, una subida de la inflación o la caída de márgenes empresariales" que no dejan de ser "síntomas" de un "ciclo que ya está bastante maduro", afirman desde XTB. De ahí que todas las miradas apunten a diciembre como la fecha clave para que la Fed suba tipos. "Y esto podría afectar negativamente a la bolsa americana y facilitar una migración de los inversores hacia Europa permitiendo su mejor comportamiento", afirma Felipe López, de Self Bank. Según un informe de CaixaBank Research, "desde 2010 y hasta junio de 2016 las bolsas europea y estadounidense muestran un desempeño marcadamente distinto, con subidas del 49 y 117 por ciento, respectivamente, y son ?los fundamentos económicos", dicen, "los que pueden explicar, principalmente, esta divergencia": EEUU creció, de media, un 2,1 por ciento anual durante este periodo, frente al 0,9 por ciento del PIB de la zona euro. "Y esto tiene un reflejo directo sobre el beneficio por acción (BPA)".

Si se considera que EEUU está a las puertas de un parón económico y Europa mantiene su crecimiento -aún queda por cuantificar el impacto del breferéndum- necesariamente las firmas europeas empezar a recortar la distancia atlántica. Las previsiones de AXA IM apuntan a que será en 2016 cuando la eurozona acote esta brecha, con un crecimiento del 1,5 por ciento, frente al estimado 1,7 de EEUU. Más gasolina para las compañías...y para las bolsas.

El consenso de mercado sitúa en el 18 por ciento el crecimiento que experimentarán los beneficios de las firmas del Stoxx 600 de 2016 a 2017 y otro 12 por ciento de 2017 a 2018, cuando cerrarán el año con una ganancia conjunta de 0,7 billones de euros. Son seis puntos porcentuales más a lo esperado para las cotizadas del S&P 500 que vivirán sendos incrementos anuales del 12 y del 10 por ciento, hasta alcanzar un beneficio cercano a los 1,3 billones de dólares en el año 2018.

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