
Con la deuda pública en mínimos históricos y el depósito ofreciendo menos del 0,2 por ciento, pocos son los 'manantiales' en que un inversor reacio al riesgo puede conseguir ganancias. Ya nada, ni la renta fija, es seguro, y si no se quiere perder es preciso mirar hacia la variable
Con la rentabilidad del bono español a 10 años por debajo del 1 por ciento, las letras del Tesoro en negativo y los depósitos ofreciendo menos del 0,2 por ciento, las opciones de inversión para quien desee evitar el riesgo son cada vez más limitadas.
"Nadie habría pensado que llegaría el momento en que se invertiría sabiendo que se perderá dinero, y ello implica una redefinición de lo que es riesgo y lo que no", explica Íñigo Colomo, director de inversiones de Imantia. "El inversor debe cambiar el chip. Ya no va a obtener una rentabilidad segura con la renta fija, y debe asumir que puede sufrir pérdidas en determinados periodos", añade Fernando Luque, editor senior de Morningstar. ¿Qué pequeños oasis quedan para el inversor conservador?
Fondos monetarios. Rose Marie Boudeguer, directora del servicio de estudios de Banca March, recomienda que los fondos monetarios representen al menos el 50 por ciento de la cartera. Estos productos, considerados tradicionalmente seguros porque invierten en deuda pública a muy corto plazo, tienen la ventaja de que permiten tener liquidez. Aunque, como se ha señalado, la deuda ha dejado de ser garantía de ganancias, ni siquiera modestas. "Invertir en un monetario es casi como tener el dinero bajo el colchón... pero es una mejor opción, por supuesto", explica Boudeguer. En 2016, los monetarios que se comercializan en España caen, de media, un tímido 0,07 por ciento. Un rendimiento negativo que, pese a todo, bate holgadamente al del Ibex, que cede un 8,7 por ciento.
Fondos mixtos."Es una buena opción porque incorporan un mayor porcentaje en activos de renta variable o incluso alternativos. Nuestros fondos conservadores tienen por vocación que la inversión alternativa represente un 25 por ciento de la cartera", explica Colomo. No todos los mixtos son iguales; varían en función de cómo se distribuya la cartera. Por ejemplo, la categoría de Mixtos Cautos, que asume menos riesgo, obtiene en 2016 una rentabilidad del 1,07 por ciento, según los datos de Morningstar, mientras que los Flexibles, con algo más de riesgo, pierden un 0,8 por ciento.
Fondos de retorno absoluto. Estos productos, caracterizados por generar rentabilidades moderadas, pero consistentes en el tiempo, y con una reducida correlación con el mercado, también están entre los recomendados para un perfil conservador. Un aspecto importante, explica Rose Marie Boudeguer, es "que te proporcionen liquidez diaria?. La palabra clave para los inversores que quieran evitar el riesgo, añade, es ?diversificación". En cualquier caso, los fondos de retorno absoluto global ceden más de un 6 por ciento este año.
Fondos de dividendo. Invierten en compañías con una abultada retribución al accionista. Algunos reparten esa remuneración entre sus partícipes; son los denominados fondos de reparto. Otros, por el contrario, utilizan ese dinero para engordar su patrimonio. Boudeguer explica que puede ser interesante tener parte de la cartera en esta categoría, ya que supone incorporar la renta variable, pero fijándose en compañías menos volátiles. Obtienen, de media, un 1,8 por ciento en los últimos 12 meses, según los datos de Morningstar.
Que la renta variable tiene que entrar en las carteras si se busca algo de rentabilidad es un hecho. Y no sólo eso. Se necesita un cambio de mentalidad. "El inversor debería tener la misma paciencia con la renta variable que con la fija. Mientras en ésta está dispuesto a esperar siete años para obtener un 1 por ciento, la variable la mira mes a mes; es una percepción distorsionada", afirma Íñigo Colomo.
"Muchos conservadores empiezan a incorporar renta variable, pero algunos ya han sufrido pérdidas porque la bolsa no se ha comportado bien en los últimos 12 meses; es algo normal", explica Fernando Luque, que no recomienda invertir en bolsa por periodos inferiores a cinco años.
Luque aconseja a los conservadores seguir teniendo renta fija en cartera para hacer una ?transición suave?. La deuda, aclara, no va a dar mucha rentabilidad, pero permite controlar la volatilidad. El cambio de mentalidad es fundamental, agrega: "Que un conservador obtenga más de un 5 por ciento anual no es imposible, pero estaría por encima de lo que ofrece el mercado".