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El Ibex 35 pierde un 3,88%: pánico bancario en Europa e intervencionismo contra la bestia

Día de pánico en los bancos europeos. Ilustración: Getty

IBEX 35

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La peor sesión desde el 15 de septiembre, el día que pasará a la posteridad por la bancarrota de Lehman Brothers: el Ibex 35 perdió un 3,88% y cerró en 10.945,7 tras tocar mínimos del día en 10.916,6 puntos. Los inversores movieron 4.531 millones en una jornada de debacle bancaria tras el 'rescate' del holandés Fortis, la desaparición de británico Bradford & Bingley, las inyecciones al alemán Hypo Real Estate, la intervención del islandés Glitnir Bank... La bestia ha viajado de EEUU a Europa y amenaza con borrar el actual mapa bancario.

"Es innecesario esperar al cierre del mercado para dar una visión de él. Y esta visión es muy oscura si no negra. La pérdida del hueco clave del futuro Eurostoxx 50 advertía desde primera de que algo muy duro nos podía esperar. Los precios han firmado un retest a la zona de gran soporte, al abismo, con algunos índices -y esto es un augurio, por supuesto- perdiendo los huecos dejados en el contado e incluso en más de un caso -sangrante el del Aex holandés- marcando mínimos del año", señalaba Bolságora en el flash del intradía de Ecotrader minutos antes que que acabara la sesión.

"Hasta ahora no habíamos visto tanto problema en los bancos europeos y este fin de semana ha ocurrido en Europa algo parecido a lo sucedido en Estados Unidos, pero esto (por Europa) no es EEUU", dijo un operador. Los expertos temen que, ante el riesgo de que se extiendan los problemas al sistema financiero europeo, la respuesta sea individualizada y no coordinada. Esta última opción sería interpretada por el mercado como más eficaz para afrontar los eventuales episodios relativos a la solvencia financiera.

La bestia anda suelta por Europa mientras en EEUU Citi compra parte de Wachovia y el japonés UFJ se hace con el 21% del capital de Morgan Stanley. El mapa bancario de EEUU, aún en movimiento, es irreconocible dos semanas después de la desaparición de Lehman, la ficha cuya caída empujó a todas las demás.

Y todo ello sin olvidar que la Reserva Federal ha vuelto a darle más gas al sistema ampliando la liquidez en dólares para otros bancos centrales hasta los 620.000 millones.

Mientras, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha pedido de nuevo al Congreso que vote rápidamente la aprobación del plan de rescate bancario de 700.000 millones de dólares, aunque ha aclarado que eso no solucionará todos los problemas económicos. Los milagros, evidentemente, no existen.

Pánico e intervencionismo en Europa

"¿Qué han hecho los Estados en el Reino Unido, en Bélgica, en Luxemburgo, en Holanda, en Alemania? Intervinieron para garantizar la seguridad y estabilidad del sistema financiero en sus países y en Europa. Apoyo sin reservas esas iniciativas. No debemos ceder ante la desestabilización, hay que apoyar a los bancos", dijo este lunes el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que mañana se reunirá con los directivos bancarios dle país.

El domingo por la noche, Bélgica, Holanda y Luxemburgo anunciaron una inyección de 11.200 millones de euros para Fortis, en graves dificultades, obteniendo a cambio una participación del 49% en la filial bancaria del grupo en sus respectivos países.

En el Reino Unido, el Gobierno británico decidió este lunes nacionalizar al banco Bradford & Bingley, también en problemas. En este caso es la cuarta institución bancaria británica que queda entre la espada y la pared en lo que va del año, tras las caídas de Northern Rock, Alliance & Leicester y HBOS, que va a ser comprada por su rival Lloyds TSB.

Las crecientes dificultades del sector bancario en Europa han vuelto a poner en el centro del escenario el papel del Estado frente a los excesos del mercado.

"Forma parte de la regulación intervenir en un determinado momento", declaró el ministro de Finanzas belga, Didier Reynders. "El sistema bancario es importante en el funcionamiento de una economía de mercado. Debemos controlarlo, regularlo. Y cuando hay problemas importantes es necesario en un determinado momento cambiar y tomar a cargo un cierto número de instituciones. Es lo que estamos haciendo", agregó Reynders.

Para el economista Sylvain Broyer, "es bueno ver la mano del Estado" que interviene para "intentar contener los riesgos en la economía" y "regular lo que puede plantear problemas", como ya ha sido el caso en crisis anteriores. "Esta crisis podría ser el catalizador de una cooperación más importante en el seno de Europa", agregó.

Luchando a toro pasado

Esta crisis refuerza además la voluntad de regulación del sector financiero en Europa, marco en el cual se estudian varias alternativas.

Entre esas opciones, está la de encuadrar en forma estricta las actividades de las agencias de calificación financiera, que deben verificar la solvencia de los deudores y a las cuales se acusa de no haber cumplido con su trabajo en la actual crisis.

Otras iniciativas buscan una mejor coordinación a nivel europeo del control de bancos y la modificación de ciertas normas sobre la solidez de los establecimientos financieros (fondos propios).

"Me parece esencial que, al margen de las medidas a corto plazo que las autoridades están tomando, podamos tener una respuesta europea estructural. Es la única forma de estar seguros que se podrán recuperar la estabilidad y la confianza", subrayó el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

El titular del ejecutivo europeo explicó que preparaba con la presidencia francesa de la UE una serie de propuestas para la próxima cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del bloque el 15 y 16 de octubre en Bruselas.

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