La intervención de las sociedades hipotecarias estadounidense Fannie Mae y Freddie Mac supondrá la mayor prueba de fuego a la que se han enfrentado hasta ahora los parqués desde el inicio de la crisis financiera en verano de 2007. El mastodóntico tamaño de ambas firmas, así como la constatación de que el paso de los meses sólo ha servido para ver cómo el sistema financiero norteamericano ha continuado desmoronándose, pulsará la moral de unos parqués a los que no les sobra el ánimo.
Sobre todo en el caso europeo, que en las dos últimas jornadas ha acumulado unos descensos que han rondado el 6 por ciento.
Aunque la dimensión de Fannie Mae y Freddie Mac puede extender aún más el pesimismo, los últimos precedentes aportan un halo de esperanza. Así, el rescate del banco Bear Stearns a mediados de marzo de este año y la nacionalización, cuatro meses después, de la entidad IndyMac dieron paso a una etapa de optimismo en los parqués. En ambos casos, los inversores interpretaron que podían contar con las autoridades y que ésta no iban a dejar que el sistema se resquebrajara, razón por la que regresaron con dinero fresco a los parqués.
Especialmente ilustrativa fue la primera maniobra, la tejida por la Reserva Federal (Fed) para que JPMorgan acabara comprando Bear Stearns. Como en el caso de Fannie&Freddie, esa operación se diseñó durante un fin de semana, el de los días 14, 15 y 16 de marzo. Cuando los parqués internacionales abrieron el 17, las ventas corrieron como la pólvora en Asia y Europa. Hasta que abrió Wall Street, cuyo aplomo contribuyó a templar los nervios y propagó el convencimiento de que la intervención de la Fed era buena. Como consecuencia, los principales indicadores registraron avances que rondaron el 10 por ciento entre mediados de marzo y comienzos de mayo.
La historia se repitió en julio con IndyMac. Esa vez, los índices internacionales de referencia vieron un rally comprador más breve, pero igualmente intenso, con subidas comprendidas entre el 5 y el 8 por ciento hasta mediados de agosto.
Atentos al dólar y el petróleo
Además de determinar si estos dos precedentes servirán para allanar el paso a una tercera reacción positiva en los parqués, el salvamento de Fannie Mae y Freddie Mac también evaluará las dos rachas más llamativas de las últimas semanas: la alcista del dólar y la bajista del petróleo. Desde mediados de julio, la divisa norteamericana se ha apreciado un 11 por ciento frente al euro, mientras que el crudo ha caído un 29,5 por ciento. Tras las históricas novedades del fin de semana, lo que está en juego es determinar si los inversores siguen viendo al dólar como el valor refugio del momento y al oro negro como un activo del que conviene alejarse.
Atendiendo a los precedentes de Bear Stearns e IndyMac, ambas tendencias seguirían su curso: en la semana posterior a cada una esas operaciones, el dólar se apreció frente al euro un 1,5 y un 0,5 por ciento, respectivamente, y el crudo se hundió un 6,6 y un 9,9 por ciento.