
Quién lo habría dicho. El activo maldito en casi todos los informes de perspectivas para este año de los bancos de inversión, la renta fija, está siendo precisamente uno de los principales refugios del dinero miedoso de los inversores.
Con la renta variable estrenando el año con caídas que llegan hasta el 4,9% en solo tres sesiones, el crudo en caída libre y pocas divisas escapando de la volatilidad, la renta fija gubernamental se ha convertido en el destino preferido por muchos inversores para refugiarse. Lo mismo sucede con el oro que, desde sus precios más bajos de 2009 arranca 2016 atrayendo las compras.
El inicio de año no está haciendo distinciones entre la deuda periférica y la del resto de países. En solo tres sesiones la mayoría de los inversores ha podido ganar en torno a un 1% de rentabilidad con cualquiera de las referencias a 10 años de la eurozona. En el caso del bono español, los beneficios se limitan a un 0,8% en 2016. Su rentabilidad, que baja cuando hay compras, al subir el precio, ha pasado del 1,77 al 1,67% en tres días, pero en seis meses ha reportado nada menos que un 7% al inversor.
El bono alemán a 10 años es el triunfador de la eurozona, al hacer ganar al inversor un 1,16%. Como consecuencia, su rentabilidad ha descendido a mínimos del último mes, en el 0,503%, al igual que el bono italiano, que marca su nivel más bajo en 30 días en el 1,48%.
Las compras de deuda se han reproducido también en Estados Unidos. Allí, el bono americano a 10 años, cuya rentabilidad se sitúa en el 2,188%, reporta ganancias del 0,7% en el año. Curiosamente, desde que la Reserva Federal anunció la primera subida de tipos en 9 años, en lugar de perder con la renta fija americana, de momento, se gana. A pesar de que el guión de la institución monetaria contempla cuatro alzas más en el precio del dinero este año, desde aquel 16 de diciembre se gana un 1% con el bono a 10 años.
Oro, el regalo más rentable
El metal precioso, que encadenó en 2015 su tercer año consecutivo a la baja, se revuelve desde sus mínimos de 2009 auspiciado por la escalada de la tensión en el mercado. Eso lo convierte en el otro refugio de este inicio de año, en el que recupera un 2,9% hasta situar su precio en el entorno de los 1.090 dólares; se resiste a dejar atrás la cota de los 1.000 dólares que conquistó en el año 2009.
El metal precioso no vivía cuatro sesiones consecutivas al alza desde el mes de octubre. De hecho, en Europa, la compañía Rangold Resources fue la excepción alcista a un sector de minería que se dejó en la sesión un 3,3%. La misma fotografía se produjo en Wall Street donde, la mayor compañía dedicada al negocio del oro, Newmont Mining, subía un 1,5% a contracorriente.