
Desde el pasado 6 de mayo, el sector del ferrocarril cuenta con un nuevo jugador en el mercado de renta variable español. Poco más de dos meses han pasado desde que Talgo saliera al parqué en la que fue la tercera colocación más importante de la bolsa española en 2015, sólo por detrás de Aena y Cellnex.
Como en la canción de Edith Piaf, Talgo veía la vie en rose, y las firmas de inversión que cubren su evolución también lo hacían. Éstas eran partícipes en aquel momento de esta euforia. Desde que empezaron su cobertura sobre el valor, las recomendaciones de compra se repetían y las estimaciones de beneficio y crecimiento del mismo de cara a los siguientes ejercicios se elevaban sin encontrar freno. "La gran cartera de pedidos de Talgo ofrecerá una alta tasa de crecimiento de su beneficio este año. De hecho, está claramente por encima del sector", señalaban desde Nomura a finales de junio. Hasta un total de 72 millones de euros de ganancias netas se llegaron a esperar de media para la empresa española en 2015.
Sin embargo, estas estimaciones y las llevadas a cabo de cara a los siguientes ejercicios se ha rebajado con el paso de los días. E incluso algo más tras cancelar Arabia Saudí el pasado miércoles el pedido de seis trenes valorado en 180 millones de euros. De hecho, frente al avance de beneficios del 83% en 2015, para los próximos años se prevé un incremento del 38 y el 3%, respectivamente.
Las razones
"Los proyectos de alta velocidad y de muy alta velocidad son muy limitados en número en comparación a otros pedidos de ferrocarril, y ganar o no las órdenes que están previstas puede cambiar la tesis de inversión de una manera importante", dicen desde JP Morgan.
En este sentido, se desvanece la posibilidad de que la empresa ferroviaria se convierta en la firma líder del sector en 2015 o en los años sucesivos. Y es que, pese a que para este año se espera que su beneficio neto se acerque al de CAF, para los siguientes años las distancias vuelven a ampliarse al calor de un ritmo de crecimiento más elevado por parte de su competidora. Atrás quedan los meses en los que la compañía ferroviaria creada en 1942 celebraba la adjudicación de la fabricación y el mantenimiento de los seis trenes para la compañía nacional de ferrocarriles Saudí, SRO.
Un contrato por valor de 200 millones de euros que ahora se desvanece y que, pese a las afirmaciones de la compañía de que no va a modificar sus previsiones de resultados, sí que ha mermado ligeramente las estimaciones del consenso de mercado para 2015: ahora se quedan en las inmediaciones de los 69 millones de euros. Desde Nomura han actualizado sus previsiones tras la pérdida de este contrato: "Hemos reducido las estimaciones de ingresos por fabricación para la compañía en 15 millones de euros".
Talgo ha acaparado los flashes de un sector que parecía olvidado en bolsa. "Se trata de un nicho de mercado que ofrece un crecimiento visible a corto plazo", afirman desde el departamento de análisis y estudios de JP Morgan. No obstante, con el paso de los meses los expertos han cambiado de opinión y Talgo ha dejado de recibir un consejo de compra por parte del consenso de mercado. La mayoría de casas de análisis que cubre su evolución en bolsa ha deteriorado su recomendación y ya sólo aconsejan mantener. Ahora tiene una recomendación peor que la de CAF.
Está más barata
Desde su salida a bolsa a principios de mayo, Talgo ha cosechado descensos en el parqué cercanos al 28%. Una caída más pronunciada que la registrada en el mismo periodo por la competencia. Este hecho ha reforzado que sus títulos coticen más baratos que los de su rival atendiendo a las previsiones de beneficio de 2015. Su PER -número de veces que el beneficio bruto queda recogido en el precio de la acción- se ha reducido, tras las caídas, hasta las 12,2 veces, por debajo de las 13,4 veces de CAF.
La depreciación que han vivido los títulos de Talgo no ha servido para estar más barata si se miran los beneficios de 2016 y 2017, puesto que seguiría más cara. Por las ganancias previstas para Talgo el próximo año, el mercado paga 9,4 veces, frente a las 9,1 veces a las que cotiza CAF.
Con los últimos descensos, el potencial alcista de las dos compañías es semenjante. Según el consenso de mercado recogido por FactSet, su recorrido en bolsa de cara a los siguientes 12 meses ahora ronda el 31%. Pese a lo abultado de este porcentaje, el potencial de CAF es muy parecido, al situarse en torno al 32%. Y eso que sus títulos han registrado una depreciación inferior a la que han sufrido los de Talgo desde su debut bursátil. No en vano, desde enero, CAF cede un 10%, después desubir este jueves un 3%.
