
Los analistas están comenzando a preguntarse que podría pasar si las negociaciones entre Grecia y los socios de la Eurozona se rompen, con unos diciendo que podrían ser forzados a salir del euro y otros cada vez más frustrados con el gobierno heleno. Varoufakis defiende que Grecia "no juega" con la salida del euro.
Desde Alemania se "está teniendo en cuenta todo", decía en una entrevista esta semana el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, quien instó al primer ministro griego, Alexis Tsipras, a dejar de ofrecer falsas esperanzas a su pueblo. Economistas como Erik Nielsen, de Unicredit, recuerdan que simplemente es cuestión de tiempo que Tsipras se quede sin liquidez y se vea forzado a imprimir una nueva moneda.
El problema es que no hay ni hoja de ruta política ni precedentes legales para una salida del euro, ya que siempre se supuso que la entrada en la moneda única era irreversible. Por ello, si alguien espera un anuncio formal o una solución clara quizá deba esperar todavía mucho tiempo.
Ahora, los próximos pasos para Grecia van desde quedarse en el euro hasta un divorcio catastrófico, pasando por medias tintas como tener múltiples divisas circulando, con la ayuda europea reciclada para pagar la deuda extranjera, todas opciones que siguen sobre la mesa.
Igual de borroso es el encargado y la forma en la que se anunciará la nueva situación de Grecia. Podría ser Tsipras, o el Banco Central Europeo (BCE), o Donald Tusk, presidente de la UE, o Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea o incluso otros.
Ante la situación, estos son los posibles escenarios en base a lo que han ido diciendo economistas, inversores y antiguos responsables políticos.
Escenario A: Grecia sigue en el euro
Tsipras, cuyo partido Syriza ganó las elecciones de enero prometiendo acabar con las medidas asociadas al rescate, se rinde ante las demandas de los acreedores. Sin reservas y con los bancos griegos al límite, se enfrenta a una decisión complicada: la expulsión del euro o la implementación de medidas a cambio de créditos.
Tsipras elige el dinero y el BCE mantiene con vida al sistema financiero. Mientras la ayuda llega, los días del Gobierno están contados ya que sus seguidores más duros se amotinan. Una nueva coalición se forma y con el respaldo de la oposición europeísta se mantiene Tsipras en el poder, o se convocan nuevas elecciones.
La pertenencia en el euro se asegura con los nuevos créditos que se destinan a pagar al BCE y al FMI, las arcas del gobierno vuelven a estar llenas. Grecia obtiene facilidades de pago y se relajan algunas condiciones para frenar las protestas populares.
Escenario B: Hotel California
Yannis Varoufakis, ministro de Finanzas heleno, ha asegurado que ser parte de la Eurozona le recuerda a la letra de la famosa canción de los Eagles: "Puedes dejar la habitación cuando quieras, pero nunca te puedes marchar".
La sucesión de eventos que podrían desencadenarse si Tsipras no consigue un acuerdo que satisfaga tanto al gobierno alemán como a las facciones comunistas de su partido sería la siguiente.
Los créditos del rescate, la única fuente de financiación de Grecia, permanecen paralizados. Con los líderes europeos rechazando dar más dinero, el BCE raciona el ELA, la línea de liquidez de emergencia que mantiene con vida a los bancos griegos. Se imponen controles de capital y probablemente se cierran los bancos.
Una vez llegados a este punto, se pueden vislumbrar dos escenarios: "salto mortal" y "check out".
Escenario B1: Salto mortal
Las dramáticas consecuencias de los controles de capital, con restricciones de efectivo, fuerzan a Tsipras a llegar a un acuerdo. Los sondeos muestran que la mayoría de griegos, entre dos tercios y tres cuartos del total, quiere permanecer en la Eurozona a cualquier coste.
El primer ministro griego forma una nueva coalición con la oposición pro-europea. Se celebra un referéndum con los controles de capital en marcha y los bancos cerrados, Tsipras obtiene un mandato popular para dar marcha atrás. Se forma un gobierno de unidad y Grecia permanece en el euro, aunque después de una nueva recesión.
Escenario B2: check out
Con los bancos cerrados, la situación política se deteriora y se intensifican las protestas populares, centrándose en Alemania como antagonista. Las encuestas muestran que los griegos están a favor de dejar el euro.
Los controles de capital dan margen de maniobra al gobierno para o bien imprimir una moneda o bien emitir pagarés para las transacciones domésticas. La nueva moneda de cambio se desploma rápidamente, reflejando la debilidad de una economía que se ha desplomado un 25% desde 2008.
Los gobiernos de la Eurozona dan a Grecia un "caramelo": un préstamo en una moneda fuerte. La idea es evitar un colapso total de la economía que cree un Estado fallido en una región estratégica.
La deuda de Grecia con sus acreedores públicos se reestructura para seguir pagando al FMI, bien a través del fondo de rescate europeo o por los créditos concedidos. Grecia sigue con los mercados financieros cerrados. La mayoría de empresas y bancos griegos hacen default. Se confiscan algunos depósitos para recapitalizar el sistema financiero.
La nueva divisa y el euro circulan paralelos. Grecia no ha dejado oficialmente la Eurozona, la puerta sigue abierta a una vuelta, pero el país cae en un purgatorio financiero.
Escenario C: 'C' de Catástrofe
Grecia deja el euro en un default desordenado, entre manifestaciones, miseria y un gobierno que culpa de todo a los alemanes. No hay ayuda para sostener la nueva divisa y mantener los pagos de bonos y la deuda del FMI. El Gobierno y la banca colapsan, lo que significa que serán necesarios años para que emerja una nueva estructura.
La economía griega cae en una segunda depresión. El impacto del mayor default de la historia del capitalismo devuelve a Europa a la recesión y mete presión en países vulnerables como Italia.
La mala sangre generada provoca también la salida de Grecia de la Eurozona. Se cuestiona la idea de que el euro es irreversible, agitando los mercados financieros globales. La implosión económica allana el camino para que extremistas de izquierdas o de derechas tomen el poder. Aquellos que pueden dejan el país.
El tumulto creado pone en duda la permanencia de Grecia en la OTAN. Un nuevo e inestable gobierno busca ayuda en Rusia, dando a Vladimir Putin una avanzadilla en el Mediterráneo.