CAF vale en bolsa 833 millones, un 37% menos que a comienzos de año, y ha visto cómo su consejo de compra pasaba a ser uno de mantener. De poco le ha servido el anuncio de la adjudicación de un contrato en Holanda por 510 millones, cantidad que representa un 10% de su cartera de pedidos.
Y sus títulos ni se han inmutado después de que se supiese, el pasado viernes, que vuelve a optar al AVE de México (lo que supone, según Íñigo Recio, de Beka Finance, "otra buena oportunidad de obtener un gran contrato", aunque "la competencia es muy alta"). A día de hoy, CAF cotiza en el entorno de los 243 euros, bien lejos de los 448 que tocó en 2010.
En lo que llevamos de año, el consenso de mercado ha rebajado su previsión de beneficio para el grupo vasco en 2014 en un 34%, hasta los 78 millones (en 2013 ascendió a 90 millones), y la de 2015 en un 26%, hasta los 99 millones. ¿Qué está ocurriendo?
La compañía, cuyos resultados trimestrales han decepcionado al mercado, está sufriendo problemas en varios contratos en Latinoamérica. Como el de la línea 12 del metro de Ciudad de México, cerrada al público al ser incompatibles los trenes (fabricados por CAF) y las vías. Al estar parada la línea, en la que CAF tiene un contrato de servicio por 15 años, el Sistema de Transporte Colectivo (STC) ha dejado de abonarle los pagos. En Brasil, le afecta una investigación por un supuesto pacto de precios.
"Un castigo excesivo"
En opinión de César Sánchez-Grande, responsable de Small and Medium Caps de Ahorro Corporación, CAF "ha sido castigada en exceso por el deterioro de sus resultados". Un deterioro que "se debe a un problema de homologaciones que está resolviendo y que afecta a tres contratos por los que no ha comenzado a facturar, cuando debería estar haciéndolo", explica. Para ninguna de las 11 casas que lo siguen, el valor es una venta (la mitad de ellas aconseja mantener; el resto, comprar), y dan a sus títulos un potencial del 36%, según Bloomberg.