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El reinado republicano en EEUU supone un alivio para Wall Street y una losa para la Fed

Tres días después de la victoria republicana en el Capitolio, el Dow Jones y el S&P 500 tocaban nuevos máximos. Un hecho que sienta la base para pensar que el control de ambas Cámaras en el Capitolio por parte de los conservadores podría servir de nuevo impulso para la renta variable del país. Pero, ¿qué impacto real tendrá este reinado en Wall Street?

Muchos. La industria financiera mira de cerca asuntos variopintos que llevan desde la reforma de los impuestos sobre el capital de las empresas, a la inmigración, al comercio internacional así como la energía o el sector sanitario. A ojos de algunas patronales, como la Asociación Nacional de Manufactureros, el control republicano garantiza "políticas que mejoren la competitividad y el crecimiento".

Según explicaron tanto Mitch McConnell, el próximo líder republicano en el Senado, como el propio presidente de EEUU, Barack Obama, ambas partes del espectro político estadounidense estarían dispuestas a colaborar en una reforma del código tributario. Recordemos que en estos momentos, las compañías de EEUU pagan los impuestos más altos sobre sus ingresos que cualquier otra economía avanzada del mundo. Según explicó John Brady, vicepresidente de RJ O'Brien, al Financial Times, "un Congreso liderado por los republicanos definitivamente avanzará una reforma tributaría antes de las presidenciales de 2016".

A corto plazo, el impulso en los mercados de renta variable de EEUU será una realidad. Para Jack Ablin, estratega jefe de BMO Capital Markets, "los noviembres de elecciones legislativas y los posteriores diciembres son buenos periodos para Wall Street", afirma añadiendo que el efecto de "vende en mayo" suele desaparecer a finales de año.

Dicho esto, no todo el monte es orégano y garantizar la buena marcha económica a través de una legislación eficaz no será fácil. La reforma del impuesto de sociedades será difícil de conseguir con los demócratas insistiendo en obtener más ingresos a través del cierre de muchas de las lagunas del código tributario. Sin embargo, asuntos puntillosos como la repatriación de beneficios podría jugar a favor de compañías como Apple bajo una reforma esbozada por los republicanos.

Apuntalar acuerdos comerciales con Europa y Asia, algo que la Casa Blanca lleva intentando desde hace tiempo, puede ayudar a largo plazo, pero tendría un impacto inmediato bastante limitado. Otras medidas como aprobar el oleoducto Keystone XL o liquidar el impuesto sobre los dispositivos médicos impuesto por el Obamacare tampoco son grandes propuestas que vayan a cambiar el rumbo económico del país y marcar una diferencia excesiva para Wall Street.

La Fed en el disparadero republicano

Aún así, con un Capitolio republicano, la Reserva Federal sufrirá el impacto, tanto en sus operaciones como en su responsabilidad. Recordemos que los republicanos en la Cámara de Representantes ya han exigido en numerosas ocasiones que el banco central se someta a auditorias.

El candidato republicano favorito para presidir el Comité Bancario del Senado, Richard Shelby, es buen amigo de Wall Street y como muchos bancos se siente incómodo con el importante papel supervisor que la Reserva Federal de las instituciones financieras.

En estos menesteres, Daniel Tarullo, el alto funcionario de la Fed encargado de estas funciones podría sufrir el azote de los conservadores en el Congreso.

La gran banca respiró más que aliviada el miércoles de resaca electoral, ya que ya no se verá asediada por el senador demócrata Carl Levin, cuyas acciones al frente del Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado han sido un calvario para muchas entidades bancarias.

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