
Hecatombe en el mundo de la gestión de activos. Francisco García Paramés, cara visible y gestor de Bestinver, controlada por Acciona, anunciaba a primera hora de la mañana que ponía punto y final a su trayectoria en la firma de gestión de activos tras 25 años. El abandono, según alegaba este gestor, llamado en más de una ocasión Warren Buffett español, se producía "con el único propósito de emprender un nuevo proyecto profesional", según rezaba el comunicado que, de manera personal, mandó a los medios.
De hecho, fuentes cercanas a la gestora apuntan a que el anuncio público de Paramés cogió por sorpresa a Bestinver, que desde hacía tiempo buscaba la manera de que se produjese una "salida ordenada" del gestor, ante las tensiones generadas desde que Luis Rivera llegase a la presidencia de la gestora.
La noticia, más allá de poner patas arriba el mundo de la gestión española y revolucionar las redes sociales -de hecho, Paramés llegó a ser trending topic en Madrid- provocó no pocas dudas entre los inversores de la gestora, que cuenta con 51.000 partícipes, según los datos de Inverco. Y es que muchos de ellos son tan fieles a Paramés que su marcha puede llevarles a abandonar la gestora, lo que puede traducirse en fuertes salidas de dinero que fuentes del mercado llegan incluso a situar, a largo plazo, entorno al 50% de los 7.000 millones de euros que hasta ahora gestiona Bestinver entre fondos de inversión y planes de pensiones.
No habrá cierre
Sin embargo, Bestinver ha afirmado a este diario que por ahora "no se ha producido ninguna señal de alarma en los reembolsos". Y que, de momento, no se ha planteado limitar las salidas o cerrar algún fondo para intentar drenar la posible fuga de inversores.
Que esa posible huida sea hacia otras firmas centradas en el estilo value o al nuevo proyecto de Paramés dependerá de la prisa que tengan, ya que el entorno de Paramés ha confirmado que sí, que el gestor tiene una cláusula en su contrato por la que no puede desarrollar un negocio que haga competencia a Bestinver durante dos años, aunque matizan que "esas claúsulas tienen costes económicos que hay que analizar si compensa pagar y además, hay que ver si el proyecto incurre en incompatibilidad".
No era la única condición que tenía un primera línea como él, afincado en Londres desde hace dos años porque, según decía, es la única ciudad europea que le permite reunirse todos los días con responsables de compañías de todo el mundo. La cláusula número uno era la obligación de comunicar su salida de la firma con 6 meses de preaviso, algo que parece que también habría incumplido con el anuncio precipitado de ayer. Paramés debe, además, mantener el 75% del patrimonio personal que tenga en Bestinver durante cinco años.
Un fichaje "inminente"
En todo caso, para evitar esa fuga de inversores, la gestora se ha apresurado en encontrar un sustituto que pretende estar a la altura de Paramés en menos de 24 horas, Beltrán de la Lastra, procedente de la gestora de J.P. Morgan -ver apoyo-. La segunda duda es qué pasará con el equipo que hasta ahora compartía el trabajo con Paramés: "Bestinver ha comunicado que los cogestores Fernando Bernad y Álvaro Guzmán de Lázaro permanecen en la compañía", apunta Sáenz de Cenzano. Al menos a corto plazo, ya que en los mentideros de la gestión se especula con la posibilidad de que ambos sigan a Paramés en su nueva aventura profesional. Y eso, a pesar de que la tensión que desencadenó la salida de Paramés era un conflicto directo entre Rivera y el propio gestor, en el que, según fuentes financieras, no han entrado sus compañeros de gestión.
La tranquilidad que ha tratado de transmitir la gestora contrasta con los no pocos inversores que ya han tomado cartas en el asunto -las líneas de atención a los inversores de la gestora estuvieron colapsadas durante buena parte del día- y que han podido empezar a deshacer posiciones. "Me dicen comerciales que están colapsados atendiendo a clientes de Bestinver traspasando posiciones....", afirmaba en una red social Javier Galán, gestor de fondos de Renta 4. Y ya se sabe que una huida masiva de los inversores, si sobrepasa en cuantía a la liquidez que sus fondos tienen en cartera, repercutiría de una manera muy negativa en el patrimonio y el valor liquidativo del fondo, lo que puede ocasionar fuertes pérdidas no solo para los que se van sino también, y sobre todo, para los que se quedan.
Las razones oficiosas
A falta de conocer las consecuencias de la decisión, toca analizar las las causas. Y es que aunque la razón oficial que ha dado García Paramés es la de emprender un nuevo proyecto profesional no es un secreto que en realidad la salida de este gestor responde también a divergencias en cuanto al modelo de negocio de la propia gestora, sobre todo tras la intención de Acciona de venderla a principios de año y luego, con el nombramiento de Luis Rivera como presidente.
Algunas de esas divergencias estarían en torno al cierre o no de los fondos debido a su excesivo patrimonio para el limitado universo de inversión en el que invierte, que dificulta la labor de gestión, o a ampliar la gama de productos no enfocados en el estilo valor, algo que parece que la gestora, ya sin Paramés, hará a partir de ahora, y que supone una revolución en la firma tal y como se la conocía hasta ahora. "Ampliarán la gama de productos con fondos de estilo de gestión diferente al de los productos actuales", afirma Sáenz de Cenzano. Lo que a la larga supone escribir el punto y final al estilo de inversión, centralizado en el valor, que siempre ha caracterizado a Bestinver. De hecho, la de extender el negocio a otros ámbitos, lo que implica ampliar el catálogo de productos, por ejemplo, hacia la renta fija, fue una de las propuestas de Rivera que provocó el choque de trenes con Paramés.
Ante la marcha de su gestor estrella, la firma estaría argumentando en círculos del mundo de la gestión que su primer espada tenía la cabeza en otro sitio desde hacía ya tiempo y que cuando estalló la tensión entre él y el presidente de Bestinver las condiciones propuestas por Paramés para encauzar la situación eran desorbitadas.