El mismo montante que el PIB español. Es lo que repartirá el Banco Central Europeo (BCE) entre los bancos de la eurozona si se cumplen sus previsiones. Esta cantidad será variable y dependerá, en última instancia, de la voluntad de los bancos por conceder créditos y de que haya demanda. Sin embargo, los cálculos de la entidad monetaria apuntan a que el total de préstamos a largo plazo condicionados, los nuevos TLTRO, serán de un billón de euros.
Esta inyección de liquidez llegará al sistema bancario en cómodos plazos. En primer lugar 400.000 millones en las dos primeras subastas: del 18 de septiembre y del 11 de diciembre, como detalló ayer el presidente de la institución, Mario Draghi. Esta cantidad no es otra cosa que el 7 por ciento de la cartera de crédito de la banca a las empresas (sin contabilizar al sector bancario) y a los hogares (excluidos los préstamos hipotecarios).
El objetivo del BCE es "mejorar el mecanismo de transmisión de la política monetaria", en palabras de Draghi, ya que con las medidas adoptadas hasta la fecha los estímulos no llegan hasta la economía. "Estas medidas tendrán un impacto significativo", advirtió el presidente de la entidad. "Confío en que los bancos entiendan esta situación".
Sin embargo, al final, corresponde a los bancos tomar la decisión de conceder nuevos créditos o no, lo que significa que el BCE poco puede hacer para conseguir que fluya el dinero. "Hay ciertas dudas sobre si efectivamente la liquidez llegará a la economía", explica Victoria Torre, analista de Self Bank, además, "los bancos empezarán a prestar cuando piensen que no van a tener ningún problema con sus tasas de morosidad". "Sigo pensando que no hay un problema de liquidez como de crédito", explica José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. "La concesión de créditos dependerá de las propias entidades", afirma Javier Flores, analista de Asinver.
Las siguientes rondas de liquidez del BCE (también dentro del programa TLTRO) tendrán una condicionalidad mayor, ya que las entidades podrán solicitar préstamos por un total de hasta tres veces los créditos concedidos al sector privado. Los bancos que no acrediten que han concedido nuevos créditos, tendrán que devolver el dinero en septiembre de 2016.
A pesar de que existen dudas de la efectividad de estas mediadas, el mercado recogió el discurso con optimismo. El Ibex cerró la sesión con un avance del 0,67 por ciento y el euro cayó hasta la zona de 1,36 frente al dólar. Junto al objetivo de fomentar el crédito, el BCE pretende reanimar la inflación. Para lograrlo, mantendrá los tipos de interés en el mínimo del 0,15 por ciento, durante un periodo prolongado de tiempo y mantuvo la tasa de depósitos en -0,1 por ciento.
¿'Distorsiona' el mercado?
El BCE anunció ayer otra medida: un cambio en su calendario. A partir de enero de 2015, los líderes del Consejo de Gobierno se reunirán una vez cada seis semanas, y de forma mensual, como hacen actualmente. El "nuevo ciclo" pretende minimizar la distorsión que genera la entidad en las cotizaciones. "Las reuniones crean reacciones en el mercado que en muchas ocasiones no están relacionadas con sus fundamentales".
Además, la entidad intentará fomentar su transparencia publicando las actas de cada reunión, también a partir del próximo año. Draghi reconoció que todavía tienen que decidir si se publicarán los nombres y los votos de cada miembro del Consejo de Gobierno.