
Las decisiones tomadas por el Banco Central Europeo (BCE) sí lograrán su objetivo de llegar a la economía real, según los expertos consultados por elEconomista. De hecho, los efectos podrían verse en un plazo de seis meses, según señalan algunos de ellos.
Víctor Alvargonzález, director de inversiones de Tressis, comenta: "Cuando un banco central con la capacidad del BCE toma medidas de este calado, ello se refleja en la economía real".
Pero con dos matices, apunta: "El primero, que no será algo inmediato. No veremos sus efectos ni en dos meses ni en tres, sino que habrá que esperar como mínimo medio año. El segundo, que es fundamental que se establezca un protocolo que los bancos no se puedan saltar y que les obligue a destinar esa financiación a dar créditos y no a comprar deuda pública".
Para Alvargonzález, dicho control es de vital importancia "para asegurar que las entidades trasladan ese dinero a créditos y evitar que se creen lagunas", explica.
José Ramón Pin, profesor del Iese, añade que "en España estas medidas coinciden con un repunte del consumo, que ya se ha observado, por ejemplo, en las ventas de viviendas y coches". Además, Pin señala que las medidas del BCE van en esta misma línea y que han sido las correctas.
"En España, sí van a tener un efecto en la economía real. Sin embargo, no tengo la impresión de que vayan a servir para otros países, como, por ejemplo, Italia", afirma. Ahora es la banca la que debe favorecer el flujo crediticio: "La combinación de todas estas decisiones es el camino que el BCE tiene que seguir. Estas medidas son fundamentalmente para que la banca transfiera créditos a pymes y al consumo. Pero si no hay demanda de créditos, esto no llega al particular", asegura este esperto.
Frenar la escasez de crédito
Es preciso que esa demanda sea fiable, apunta el profesor de IEB Miguel Ángel Bernal: "La inyección de liquidez no es una medida para nada desdeñable, pero los que tienen que transmitir esa política son los bancos.
Para que una entidad dé crédito tiene que contar con una demanda que sea de confianza, y para ello es preciso que la morosidad descienda". Al mismo tiempo, para que la morosidad baje "necesitaremos entre tres y seis meses", según este experto, "porque el resto de medidas anunciadas van dirigidas precisamente a ello, a que se produzca un crecimiento económico y caiga la morosidad".
En esta línea también se posicionan otros expertos. Juan Ramón Caridad, director del Máster de Finanzas FIA, justifica que el hecho de que los tipos de interés bajen hasta el 0,15% "es sólo un azucarillo a estas alturas". Pero sin duda la decisión del organismo de inyectar liquidez "es lo más ilusionante", porque los bancos van a poder solicitar hasta el 7% de los créditos concedidos.
Y para la economía real supone un fuerte impulso", explica. Además, según Caridad, "Mario Draghi ha hecho todo lo que estaba en su mano", al poner las herramientras necesarias, "pero ahora todo depende de otros actores [...] Tenemos las palas, pero no está tan claro que vayamos a encontrar el oro", remata Caridad.
Por su parte, el profesor de banca Juan Fernando Robles espera que la inyección de liquidez "sea un incentivo para los bancos. Es una medida de política monetaria tan poco convencional que todavía no tenemos claro qué puede dar de sí, pero considero que puede ser un revulsivo para el crédito. Sobre todo, teniendo en cuenta que las entidades no podrán utilizar esa financiación para comprar deuda pública y, por tanto, no tendrán problemas para dar créditos. Los anuncios del jueves pueden contribuir a la concesión de préstamos a las empresas".
Robles apunta, sin embargo, "que los bancos son reticentes hoy en día a recibir una excesiva financiación del BCE porque ello, de una u otra forma, las penaliza en sus balances".
Ignacio de la Torre, socio de Arcano, considera que Draghi "ha afinado mucho el tiro" y que, por tanto, los efectos de lo anunciado sí llegarán a la economía real. E incide en la idea de que lo fundamental es "que esa financiación llegue a las empresas privadas en lugar de destinarse a comprar deuda pública; es decir, que el flujo de nuevo crédito sea positivo". De la Torre también hace alusión al anuncio de que se reabrirá el mercado de las titulizaciones, algo que considera positivo.
Algo escéptico se muestra José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España, ya que espera que el impacto de estas medidas no sea inmediato. "De hecho, el BCE ha estimado su potencial impacto positivo en cuatro trimestres. Pero, sin duda suponen un paso apropiado, aunque insuficiente en mi opinión", apostilla este experto.