Es el momento justo, el esperado. El Tesoro lleva años estudiando el lanzamiento de deuda distinta a la habitual, ligada a la inflación de la zona euro, y qué mejor oportunidad ahora que el mercado está permitiendo al organismo pagar los intereses más bajos de su historia. España pretende cerrar esta semana una emisión de este tipo para financiarse a 10 años.
Es la primera vez que el Tesoro recurrirá a esta alternativa y ocurre solo tres semanas después de que lograse pagar un 3,059% por colocar bonos a una década, el mínimo histórico. Fuentes cercanas a la operación explican que no habrá dificultades para encontrar demanda. Ya se emite en otros países europeos como Francia, Alemania o Italia y "existe una base inversora natural, tanto nacional como internacional, que tienen una necesidad estructural de comprar activos que compensen la pérdida de valor de sus activos", explican desde el Tesoro Público español.
Italia lanzó bonos ligados a la inflación a 10 años hace solo unas semanas y desembolsó un cupón inicial del 1,92%. La colocación con la que se estrena España, encargada a Barclays, BNP Paribas, CaixaBank, Deutsche Bank, Santander y Société Générale, debería cerrarse a un interés similar teniendo en cuenta que tanto el bono español como el italiano cotizan a rentabilidades similares, el primero solo se sitúa 4 puntos básicos por debajo.
Sus grandes particularidades
A diferencia de la deuda pública convencional, estos bonos están vinculados a la evolución del Índice de Precios de Consumo Armonizado, en este caso excluido el tabaco. ¿Qué significa esto en la práctica? En la deuda habitual el Tesoro paga cupones fijos, un porcentaje del dinero invertido, mientras que en estos bonos el inversor -normalmente solo institucional- recibe cupones menores inicialmente pero que después varían en función de la inflación. De esta forma, se evita que una subida del IPC pueda comerse su inversión -aunque hay que recordar que el objetivo del BCE es mantenerla ligeramente bajo el 2%-.
Fuentes de la operación señalan que la emisión se realiza en estos momentos en los que "no se ve un horizonte deflacionista" en Europa. Ahora bien, en el caso de inflación negativa, el cupónnunca es negativo ni se pierde tampoco lo invertido.
Irlanda y EEUU ya pagan casi igual
Quién iba a decir que a un país rescatado como es Irlanda se le acabase viendo como a EEUU. Así es ahora, al menos en lo que respecta a su deuda a una década. En el mercado secundario, en el que cotizan los bonos tras ser emitidos, la rentabilidad de los títulos irlandeses a 10 años cerró en el 2,67%, es decir, a menos de dos puntos básicos del rendimiento exigido por el mismo papel estadounidense, que repuntaba por encima del 2,65%. La diferencia entre España y EEUU se estrecha ya a menos de 30 puntos.