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El 'crowdfunding' es útil si protege al inversor

  • Sin transparencia en las plataformas de 'crowdfunding' esto no prosperará

El crowdfunding, cuya traducción literal es "financiación de masas", es un fenómeno en expansión que utiliza una plataforma en línea para presentar proyectos y recaudar fondos entre ciudadanos e inversores. Hoy, la mayoría de los proyectos financiados así no buscan el lucro y no prometen rendimientos financieros. Sin embargo, estas plataformas se utilizan cada vez más para ofrecer participaciones de capital y títulos de deuda a inversores, que sí buscan lucro.

Italia, Francia, España, Reino Unido y Bélgica están tomando ya iniciativas de estímulo de este tipo de plataformas. Sin embargo, esta inversión no está exenta de riesgos para los inversores. Hace falta un marco regulador que los proteja adecuadamente, evitando, al mismo tiempo, trabas a la innovación inherente a este modelo de financiación.

¿Cuál es su potencial?

Al canalizar la inversión hacia proyectos que no reciben atención de las fuentes tradicionales de financiación, el crowdfunding puede contribuir a resolver la brecha estructural presente en la financiación de empresas innovadoras, en su fase inicial de desarrollo. Algunos lo ven como un nuevo paradigma del capitalismo popular, donde los pequeños inversores buscan proyectos en las plataformas en línea y distribuyen pequeñas cantidades de sus ahorros entre varios de ellos. Sin embargo, la gran mayoría de las participaciones de capital emitidas a través de estos portales son adquiridas por inversores profesionales o individuales con un alto patrimonio.

Algunas estimaciones indican que los préstamos a través de plataformas en línea superaron los 6.000 millones de dólares a nivel mundial en 2013. Esta cifra equivale al 0,01% del crédito bancario destinado a la economía real. No obstante, está creciendo rápidamente, un 145% desde 2012. En el Reino Unido (el mercado más desarrollado), el crowdfunding financiero representó más de 490 millones de libras en 2013, incluyendo 28 millones de libras emitidas como participaciones de capital. Esto es equivalente al 1,8% de los préstamos personales sin garantía y al 1,1% de los activos bajo gestión en esta economía.

No obstante, a pesar de su potencial este nuevo tipo de financiación conlleva riesgos. Cuando la inversión se canaliza como un préstamo, las tasas de morosidad e impagos parecen ser moderadas: del 2%, según algunas plataformas, si bien son pocos los préstamos que han madurado. Es necesario más tiempo para ver cuáles son las tasas de morosidad real. Cuando la inversión toma la forma de participaciones de capital en nuevas empresas, el supervisor británico estima que los inversores se exponen a perder la totalidad del capital en el 50% o el 70% de los casos. Otras fuentes creen que estas cifras están sobredimensionadas.

Además, los inversores se enfrentan a los riesgos específicos del instrumento financiero elegido, ya sea renta variable, valores de deuda o préstamos. Los riesgos en las participaciones de capital se derivan de su falta de liquidez, la falta de un mercado secundario y el potencial de dilución de los derechos atribuidos a cada participación, salvo que existan protecciones. En los préstamos, el riesgo es la mora o el impago de intereses y el principal. Además, los inversores están expuestos al fraude y los problemas derivados de fallos técnicos o desaparición de las plataformas.

Por tanto, una adecuada regulación es clave, tanto para el fomento del desarrollo del crowdfunding como para la protección de los inversores. La regulación actual del mercado no refleja las especificidades de este modelo. Es necesaria la adopción de un marco específico que asegure la integridad del funcionamiento de las plataformas, la realización de controles que mitiguen el riesgo de fraude, y un alto nivel de transparencia hacia los inversores. Algunas jurisdicciones exigen a las plataformas que faciliten materiales informativos y controlen que los inversores minoristas los comprendan antes de darles acceso. Si no se ofrecen altos niveles de transparencia y protección, el crowdfunding no prosperará. Las plataformas deben controlar que los inversores comprendan los riesgos y las pérdidas y protegerlos de manera eficaz contra el fraude. De lo contrario, se podría producir una pérdida de confianza y dejar pasar una oportunidad para fortalecer el espíritu empresarial y la innovación en España y Europa.

Mirzha de Manuel Aramendía, Director de Mercados de Capitales y Regulación de CFA Institute.

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