Bolsa, mercados y cotizaciones

¿Está barato el mercado americano?

Según ciertos analistas de Wall Street, la valoración del mercado es lo bastante atractiva como para despejar un potencial de subida de 20% si la Reserva Federal invierte la tendencia sobre los tipos de interés. No es seguro si se mira de cerca la tendencia de muy largo plazo de los precios.

Subrayan que los múltiplos del mercado, es decir, la relación entre los precios y los beneficios de las acciones, han bajado de un 30% desde 2003 a pesar de un crecimiento de los beneficios de las empresas por encima de la tendencia.

¿Pero qué daría otro indicador de valoración? Una medida consiste en comparar el nivel del mercado con respecto al nivel potencial que implicaría un crecimiento de los precios comparable a la tendencia de largo plazo. Después del trabajo de Jeremy Siegel de la Wharton School, sabemos que Wall Street aumenta en términos reales en un 7% anual desde principios del siglo XIX. Claro que se trata de una tendencia de muy largo plazo compatible con desviaciones cíclicas de gran amplitud. Las fases de crecimiento por encima de la tendencia alternan con fases de crecimiento por debajo de la misma.

Es instructivo observar que la burbuja tecnológica catapultó al mercado un 80% por encima de la tendencia a finales de los 90, un desvío igual al observado por ejemplo a finales de los 60 antes de que la crisis del 73 hiciera bajar a los precios un 40% por debajo de la tendencia. Curiosamente, la caída de 2000-2002 no parece tan espectacular. Los precios volvieron a caer algunos puntos por debajo de la tendencia antes de que la recuperación de 2003-2005 corrigiera rápidamente la diferencia. En 2006 volvemos a la tendencia, lo que sugiere una valoración neutral del mercado, ni cara, ni barata.

Como siempre cuando se habla de valoración, la conclusión que se puede sacar de las cifras depende de hecho del estado de ánimo del inversor. Una lectura pesimista diría que el mercado todavía no ha perdido lo que debiera para respetar la alternancia cíclica observada en el pasado: subida por encima de la tendencia y luego caída por debajo. Una lectura más optimista se apoyará en los argumentos fundamentales que juegan en favor de una disminución de la amplitud de los ciclos bursátiles: mayor flexibilidad de las empresas, regulación global de las economías etc.

Si admitimos la idea, no es evidente que los precios tengan que bajar más tras 2 años de crecimiento blando. Sabiendo que la tendencia es por un crecimiento antes de inflación de en torno a un 7%, el nivel actual de Wall Street sería perfectamente compatible con un alza superior al 10%, como mínimo, en 2006. Parece ser el camino elegido por los inversores esta semana.

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